La actual presidenta de la Comisión Europea y aspirante a un segundo mandato de cinco años, la alemana Ursula von der Leyen, salió fortalecida de las recientes elecciones europeas, pero aún está lejos de poder cantar victoria.
El bloque político que defiende su candidatura, el del Partido Popular Europeo (PPE, derecha), se mantuvo como la principal fuerza en la Eurocámara, al fin elecciones marcadas por el fuerte avance de la extrema derecha. En la noche del domingo, hablando como candidata, Von der Leyen celebró el resultado para el PPE y prometió construir un “baluarte” contra los extremos, tanto de la derecha como de la izquierda.
Al fin de las elecciones en los 27 países del bloque, el nudo central del poder en el Parlamento Europeo se mantuvo: la coalición del PPE, los Socialdemócratas y los centristas liberales de Renew. Este escenario parece allanar el camino de Von der Leyen a otros cinco años al frente de la Comisión, pero su candidatura aún tendrá que superar varios obstáculos, en especial en materia de apoyo político de los dirigentes europeos.
La funcionaria alemana viajó este lunes a Berlín, donde mantendrá conversaciones en la sede central del partido conservador CDU. El futuro de la Comisión comenzará a ser discutido ya desde el jueves al margen de la cumbre del G7, aunque varios de los interlocutores de ese diálogo viven realidades electorales claramente diferentes.
La primera ministra de Italia, Georgia Meloni, por ejemplo llegará al G7 apoyada en la clara victoria de su partido posfascista Hermanos de Italia. En tanto, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, tuvo que convocar elecciones legislativas anticipadas ante la amplitud de la victoria del ultraderechista partido Agrupación Nacional en su país.
Por su parte, el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, salió a todas luces fragilizado de las elecciones europeas, en que su partido fue superado por el ultraderechista AfD. El 17 de junio, Von der Leyen tiene en agenda una cena informal con los jefes de gobierno de la UE, para definir la suerte de su candidatura.
Guiño a la ultraderecha
Ya antes de las elecciones, Von der Leyen, había abierto la puerta a acuerdos puntuales con los legisladores que responden a Meloni en el Parlamento Europeo, una declaración que dejó espantados a los otros bloques. Además, Macron convocó a elecciones legislativas anticipadas para el 30 de junio y un balotaje el 7 de julio.
De esa forma, aún resta ver si Macron tendrá margen de maniobra política para comprometer su apoyo a un nombre para presidir la Comisión antes de esas elecciones. Con este escenario, Von der Leyen podría conseguir en el hemiciclo alrededor de 400 votos, cómodamente más allá de los 361 necesarios.
Sin embargo, el proceso es más complejo, ya que antes de ello quien aspira a presidir la Comisión Europea tiene que recibir la luz verde del Consejo Europeo. Una vez recibido el apoyo del Consejo, el nombre escogido es sometido a votación en el Parlamento Europeo.
Se trata de votos secretos, y, por lo tanto, no son raras las defecciones de última hora. Mujtaba Rahman, analista del centro Eurasia Group, apuntó que “existe un riesgo real de que Von der Leyen no sea confirmada por los eurolegisladores, dadas las posibles deserciones de la centroderecha, centroizquierda y liberales”.
Por ello, el principal dirigente del PPE, el alemán Manfred Weber, dijo el domingo que su partido “ofrece una mano tendida a los socialdemócratas y liberales, y espero un gesto de retorno”. En ese escenario, los votos que podrían aportar los eurolegisladores que responden a Meloni podrían marcar la diferencia entre la victoria y la derrota.
Con información de AFP.