Los sondeos sobre las elecciones europeas que se celebran del 6 al 9 de junio anuncian un fortalecimiento de la extrema derecha en el Parlamento europeo, lo que podría alterar el actual equilibrio de fuerzas y dar lugar a nuevas alianzas. En la actualidad, la extrema derecha en el legislativo europeo está divida en dos bloques, siendo el principal divisor de aguas la visión que esos partidos tienen de la propia Unión Europea.
De un lado está el bloque de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, en inglés), de los partidos denominados ‘proeuropeos’. Esta bancada tiene 69 legisladores, de partidos como Fratelli d’Italia, de la jefa del gobierno italiano Giorgia Meloni, el español Vox o el movimiento Reconquista, del francés Eric Zemmour.
Del otro lado está el grupo Identidad y Democracia (ID) que tenía 59 integrantes hasta la expulsión hace poco del partido alemán AfD. Participa de este bloque el partido francés Agrupación Nacional de Marine Le Pen.
Los integrantes de ID han moderado los llamados a retirarse de las UE, pero insisten en limitar y reducir la influencia de las instituciones europeas en la vida cotidiana de los ciudadanos. Los sondeos indican que estos dos grupos podrían alcanzar entre el 20% y 25% de las bancas, aunque las posibilidades de una unión aún son una incógnita.
Marine Le Pen nunca ocultó su interés por un gran bloque “soberanista” en el Parlamento Europeo, al cual también aspira el primer ministro húngaro Viktor Orban. Sin embargo, Georgia Meloni, líder objetiva del bloque ECR ha descartado la unificación de los dos bloques.
En ese cuadro, el factor que inclinará la balanza será la postura de la bancada del Partido Popular Europeo (PPE, derecha), la mayor del Parlamento Europeo. La actual presidenta de la Comisión Europea y aspirante a un segundo mandato, la alemana Ursula von der Leyen, abrió la puerta a alianzas puntuales con el grupo de Meloni, mientras descarta trabajar con ID, bloque al que considera aliado de Rusia.
Una alianza entre la derecha que representa el PPE y la extrema derecha del ECR podría tener una pesada influencia en las discusiones, pero Von der Leyen posiblemente necesitará más votos para su eventual reelección. Sin embargo, un acercamiento al ECR torna más difícil la obtención de los votos necesarios.
El bloque de los Socialdemócratas (S&D) y los centristas de Renovar Europa ya han denunciado la posible alianza del PPE con ERC, S&D y Renovar Europa (las tres mayores bancadas). De hecho, el trinomio formado por el PPE, S&D y Renovar Europea era el “gran bloque” donde se negociaban los grandes acuerdos en temas centrales.
Junto con Los Verdes y La Izquierda, S&D y Renovar Europea se comprometieron en una declaración conjunta el 8 de mayo a “no cooperar nunca ni formar coaliciones con partidos radicales y de extrema derecha”, y pidieron a Von der Leyen que haga lo mismo. Parece probable que ese gran bloque continúe funcionando, pero deberá ser más difícil construir las mayorías si las alianzas puntuales con la extrema derecha de multiplican.
Este escenario podrá tener un impacto directo en temas como migración y asilo, relaciones internacionales y políticas de combate al cambio climático.
*Con información de AFP