Al menos dos aerolíneas estadounidenses han suspendido este lunes 11 de noviembre sus vuelos a Haití, después de que un avión fuera objeto de disparos por parte de bandas armadas, en medio de la fuerte ola de violencia que atraviesa el país caribeño y en una jornada marcada por la destitución del primer ministro.
Durante la jornada, una aeronave de Spirit Airlines procedente de Florida (Estados Unidos) ha sido atacada, lo que ha obligado al piloto a desviarse al aeropuerto más cercano en República Dominicana. Tras ello, tanto esta compañía como Jet Blue han anunciado la suspensión de sus vuelos a Puerto Príncipe y Cabo Haitiano (norte) hasta nuevo aviso, según el portal de noticias haitiano Rezo Nodwes.
Por su parte, fuentes consultadas por la cadena de televisión estadounidense CNN han indicado que uno de los trabajadores de la aerolínea ha sufrido heridas menores y estaba siendo evaluado por el personal médico. Además, una inspección tras aterrizar en territorio dominicano ha “revelado evidencia de daños en la aeronave, consistentes en disparos”.
Durante la jornada, el Consejo Presidencial de Transición de Haití ha destituido al primer ministro, Garry Conille, y ha nombrado a Alix Didier Fils-Aimé como nuevo jefe de gobierno tras un mes de crecientes tensiones entre los líderes del Poder Ejecutivo.
Ante esta decisión, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha instado a todas las partes a trabajar “de manera constructiva para avanzar en la transición política”. “Es esencial que superen sus diferencias y pongan al país en primer lugar”, ha declarado.
Por su parte, la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad de Haití (MSS), liderada por Kenia, ha emitido un comunicado en el que ha reafirmado su compromiso de apoyar la seguridad y la estabilidad en el país, remarcando que su mandato principal “es ayudar a crear las condiciones de seguridad propicias para el objetivo del gobierno haitiano de celebrar elecciones libres y justas”.
“Como parte de esta misión, la MSS, en colaboración con la PNH (Policía Nacional de Haití), sigue realizando operaciones y patrullas conjuntas destinadas a interrumpir las actividades de las pandillas y proteger la infraestructura gubernamental crítica. Estos esfuerzos son fundamentales para estabilizar la nación y garantizar la seguridad de sus ciudadanos”, ha indicado a través de su perfil en la red social X.
La misión ha defendido que se encuentra actualmente en fase de despliegue y “está pasando, con la llegada de personal de seguridad adicional de los países que aportan personal, a la fase de operaciones decisivas”. Con todo, ha agregado que la colaboración entre ambas instituciones “es crucial para lograr la estabilidad necesaria para el progreso y la prosperidad de Haití”.
Haití no tiene presidente desde que a principios de julio de 2021 un grupo de sujetos armados irrumpió en la residencia oficial y asesinó a Jovenel Moïse. Poco después, Ariel Henry ascendió al puesto de primer ministro entre críticas y tras varios años de inestabilidad. En marzo de este año presentó su dimisión tras una oleada de violencia que sacudió la nación caribeña.
En el tercer trimestre del año, más de 1.200 personas han muerto y otras 522 han resultado heridas por la violencia de las bandas armadas, lo que eleva a 4.900 las víctimas mortales registradas, según un informe elaborado por la ONU.