Unos 25 habitantes de calle que suelen deambular por la Plaza de San Pedro y que pasan la noche en un edificio que la Santa Sede dispuso para ellos, recibieron la vacuna contra la covid 19.

La campaña iniciada por el Vaticano continuará durante los próximos días, según el portavoz Matteo Bruni. El beneficio también fue para otras personas que descansan en las residencias en Roma de las Misioneras de la Caridad, entre los que se cuentan italianos y extranjeros, especialmente provenientes de países europeos y que tienen en sus cuadros de salud problemas de salud física y mental.

La labor de la Santa Sede se centra en brindar la posibilidad de que esta población cuente con un medicamento que evite que contraigan el virus y pueda afectar aún más su situación de salubridad. Una acción que se articula a la que desarrolló el sumo pontífice en la Navidad pasada con la donación de cuatro mil hisopos para la detección de la covid-19 entre los habitantes de calle que se encuentran en Roma.

La campaña de vacunación en el Vaticano empezó el pasado miércoles 13 de enero cuando el papa Francisco, de 84 años, recibió la primera dosis de Pfizer y al día siguiente fue inoculado el papa emérito Benedicto XVI, de 93 años. “Hoy podemos confirmar que ha sido suministrada la primera dosis de la vacuna al papa Francisco y al papa emérito en el marco de la campaña de vacunación que comenzó en el Vaticano”, detallaron en su momento los portavoces de la Santa Sede.

Los beneficiados con la vacuna deambulan por la plaza de San Pedro. Foto: Archivo | Foto: Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved.

Estas dos importantes figuras de la Iglesia católica forman parte de la población que se encuentran en mayor riesgo, según lo determinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que se priorizó su vacunación.

Después de estos primeros 25 beneficiados, el cronograma continuará con la población que habita en la calle y que tiene problemas de salud que pueden representar un mayor riesgo.

La posibilidad de que la vacuna contra el virus de la covid-19 sea universal es uno de los llamados que el papa ha hecho a las farmacéuticas y gobiernos de todo el mundo porque ve con preocupación que países pobres tendrán dificultades para conseguir las dosis necesarias para sus habitantes, lo que ocasiona que seguirán sufriendo por la pandemia.

En días pasados, Francisco dijo que la vacunación es “una acción ética, porque te juegas la salud, te juegas la vida, pero también te juegas la vida de los demás”. La vacunación en la Santa Sede se promueve luego de que varios prelados han contraído el virus en los últimos meses; incluso el médico personal del papa, Fabrizio Soccorsi, murió por la enfermedad el pasado 9 de enero.

El llamado desde la Santa Sede es permanente. El viernes de nuevo se hizo la petición para que se promueva la distribución de manera rápida y transparente. “Ante los gravísimos problemas que se están planteando en relación a la producción y distribución de la vacuna de la covid-19, la Pontificia Academia para la Vida reitera rotundamente la urgencia de identificar sistemas adecuados de transparencia y colaboración”, según el comunicado de prensa.

En la misma, se recuerda la petición del papa de que las vacunas lleguen a todos, sin excepción y que se haga de manera temprana, “se debe evitar que algunos países reciban la vacuna muy tarde debido a una reducción en la disponibilidad por la compra previa de grandes cantidades por parte de los estados más ricos”.

Incluso hacen el llamado para que la producción sea un asunto colaborativo y deje de ser una cuestión de competencias. “La producción industrial de la vacuna debe convertirse en una operación colaborativa entre estados, empresas farmacéuticas y otras organizaciones para que se pueda llevar a cabo simultáneamente en diferentes áreas del mundo”.