Las ganas de comprar son tan altas y los precios, tan bajos, que en Venezuela fue necesario limitar el número de prendas para que las tiendas Zara y Bershka no quedaran desabastecidas. Inditex, el grupo español dueño de estas y varias marcas más, se vio obligado a rebajar sus precios un 50 por ciento por orden del Gobierno venezolano, lo que generó una avalancha de clientes hasta el punto que los establecimientos rápidamente se quedaban sin surtido. Ante estos problemas, el grupo empresarial no tuvo otra salida que limitar la cantidad de prendas por cliente a cinco. Ahora los venezolanos deberán presentar su documento de identidad para que se les asigne un número con el cual se registrarán en la tienda y se controlará que no adquieran más de cinco prendas al mes. Las prendas permitidas, además, estarán también limitadas: solo pueden tres ser prendas superiores y dos inferiores. Tampoco se podrán apartar ni reservar. Aunque la medida puede favorecer de la imagen de la marca española, el fondo del asunto perjudica la imagen internacional de Venezuela y de su presidente, Nicolás Maduro. Los bajos  precios y la racionalización de productos en Venezuela coincide con la caída del precio del petróleo, lo que le ha ocasionado problemas a Maduro para controlar la inflación interna.