Venezuela eliminará a partir de octubre seis ceros al bolívar, moneda local golpeada por una alta inflación y cuyo valor se ha desplomado dando paso al uso del dólar, e inaugurará un nuevo cono monetario, anunció este jueves el Banco Central (BCV).

“A partir del 1 de octubre de 2021 entrará en vigencia el Bolívar Digital, al aplicar una escala monetaria que suprime seis (6) ceros a la moneda nacional. Es decir, todo importe monetario y todo aquello expresado en moneda nacional, se dividirá entre un millón (1.000.000)”, informó el ente bancario en un comunicado.

La decisión, que constituye la tercera reconversión monetaria en 13 años, busca “facilitar” el uso del bolívar, golpeado por una inflación acumulada de 264,8 % entre enero y mayo según el BVC, llevándolo a “una escala monetaria más sencilla”, continuó el texto.

Un nuevo cono monetario con cinco nuevos billetes de 5, 10, 20, 50 y 100 bolívares y una moneda de 1 entrarán en vigencia en esa fecha, informó el ministro de Comunicación e Información, Freddy Ñáñez, por Twitter.

La medida era esperada por expertos en medio de una espiral inflacionaria que cerró en 2020 con 2.959,8 % de inflación acumulada y en 2019 con 9.585,5 %, según datos del BCV. En las calles, es común escuchar a las personas hablar de “miles” en lugar de “millones” al momento de comprar bienes.

En Venezuela, el efectivo en bolívares escasea y es usual ver largas filas en los bancos. El bolívar terminó siendo sustituido por el dólar, que se ha convertido en la moneda de facto en el país.

Cada vez es más común que los precios en cualquier comercio estén reflejados en dólares y los pagos se hagan en divisas. Para pagar en moneda local se hace normalmente a través de tarjeta de débito o transferencia bancaria.

En agosto de 2018 entró en vigencia el cono monetario actual después de que el presidente Nicolás Maduro anunciara el mes anterior la eliminación de cinco ceros a la moneda local para “facilitar transacciones”. Ese cono monetario se amplió por última vez en marzo pasado.

Una década antes, en 2008, durante el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) se habían eliminado tres ceros al bolívar.

La Organización de Estados Americanos (OEA) emitió el pasado jueves un documento en el que prevé que la crisis migratoria venezolana alcance a siete millones de personas en el primer trimestre de 2022, aunque sitúa tal escenario en el caso de que se reabran las fronteras o que la crisis en Venezuela se profundice.

Aunque las fronteras actualmente permanecen cerradas debido a la emergencia sanitaria provocada por la crisis del coronavirus, el informe estima que, pese a ello, “entre 700 y 900 venezolanos huyen diariamente por caminos irregulares”.

Al día de hoy son más de 5,6 millones de personas las que han salido de Venezuela, detalla la OEA, que califica esta situación como “la crisis de desterrados más grande en la historia de la región”, solo superada en el mundo por la de Siria, con 6,7 millones de desplazados.

En esta ocasión, el informe –cuenta el responsable del grupo de trabajo de la OEA encargado de la crisis migratoria en Venezuela, David Smolansky– es “una actualización” con la que se quiere poner de relieve, entre otros puntos, cómo estos 5,6 de millones de personas desplazadas suman más población que la de cien países, como Irlanda, Costa Rica, Panamá o Nueva Zelanda.

La OEA también ha destacado que existen migrantes venezolanos que han recorrido más de 3.500 kilómetros a pie desde que salieron de sus hogares “para llegar a otros países y satisfacer sus necesidades básicas”. Los conocidos como ‘caminantes’ han salvado distancias equivalentes a las que existen entre Madrid y Helsinki, en Finlandia.

El informe ha hecho mención también a los abusos contra los Derechos Humanos que se estarían llevando a cabo en Venezuela, con más de 18.000 ejecuciones extrajudiciales cometidas por las fuerzas de seguridad, según datos de la OEA, que se sirve de recortes de prensa y de estimaciones de organizaciones y organismos internacionales como el FMI para sustentar sus denuncias.

Todo, explica, ilustrado “con más de 600 testimonios de migrantes y refugiados”, quienes afirman haberse visto “forzados a escapar” del país por la “emergencia humanitaria compleja”, la “violación sistemática a los Derechos Humanos”, la “inseguridad”, el “colapso de los servicios básicos” y el “alto costo de vida”.

Por último, la OEA considera que la reciente conferencia internacional de recaudación de fondos celebrada para abordar esta crisis migratoria habría sido insuficiente.

Aunque “hubo importantes donaciones para responder a esta situación de emergencia”, la financiación a esta crisis “es la décima parte de lo que se ha aportado para atender a la de refugiados en Siria”.

“Mientras la ayuda a los refugiados sirios promedia los 5.000 dólares por persona, en el caso de los refugiados venezolanos es de 480 dólares”, compara.

Con información de AFP y Europa Press