El ministro de Asuntos Exteriores de México, Marcelo Ebrard, anunció que las delegaciones del Gobierno de Venezuela y de la oposición presentes en el país norteamericano para iniciar las negociaciones firmaron un “memorándum de entendimiento” al inicio del proceso de diálogo que inició este viernes a las 4:30 p. m. en el Museo de Antropología de la capital mexicana.
Horas antes se había anunciado que este día comenzaría el diálogo entre el gobierno del presidente Nicolás Maduro y la Plataforma Unitaria, formada por cuatro partidos de la oposición, entre ellos Primero Justicia, de Henrique Capriles, y Voluntad Popular, de Leopoldo López y Juan Guidó.
Noruega, que ejerce de mediador como en el anterior proceso, propuso Ciudad de México como sede de un nuevo proceso de negociación con el que se intenta dar salida a la grave crisis a todos los niveles en que se encuentra sumida Venezuela.
El canciller mexicano destacó el inicio de las conversaciones entre las dos partes en su país: “Doy la más cordial bienvenida a México a las delegaciones que participarán en la inauguración del proceso de negociación y diálogo”, así como a la “firma de un memorando de entendimiento para Venezuela”, señaló en Twitter.
Tras la firma de este memorando, el presidente interino y líder de la oposición, Juan Guaidó, se pronunció a través de sus redes sociales y enfatizó en que confía en que el proceso se traduzca en beneficios concretos para los venezolanos y el regreso de la democracia al país, pues “no le sirve a Venezuela otra negociación fallida”.
En un video, Guaidó dijo que los resultados del diálogo deben estar dirigidos a “atender la emergencia humanitaria, reinstitucionalizar el país a través de poderes independientes, del respeto a la Constitución y garantías para todos los venezolanos. Y mi compromiso con ustedes en ejercicio de mis deberes y responsabilidades, es que ningún interés particular o de ningún grupo súper la necesidad de toda una nación”.
Guaidó reconoció que no será un proceso fácil, pues es un diálogo “complejo” y se está dando frente a un Gobierno que se reeligió de una forma poco transparente en el poder.
“Estamos claros de que lo que hacemos es en situación de vulnerabilidad, porque enfrentamos a un régimen incluso señalado por la Corte Penal Internacional. Pero hay algo más importante y fundamental, estamos conscientes de la urgente necesidad de lograr una solución para nuestra gente que es mayoría y que durante años la hemos ejercido: en las calles, votando y no convalidando fraudes como el 2018″, precisó.
Un texto sobre la mesa
Los tres primeros días de contactos están centrados en la firma del memorando presentado por Noruega, que ejerce de mediador, y otras partes implicadas.
Este texto fijaría la hoja de ruta para futuras reuniones y aludiría a temas concretos como el levantamiento de las sanciones internacionales sobre el régimen de Maduro, la gestión de los fondos retenidos en el extranjero, la ayuda humanitaria o el calendario electoral.
Los dos bandos aspiran a llegar a un acuerdo antes de los comicios de noviembre. La oposición mayoritaria rehusó participar en las últimas grandes citas electorales argumentando que no se daban las garantías suficientes de transparencia, lo que dejó vía libre al chavismo.
Por su parte, los dos miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela afines a la oposición, Roberto Picón y Enrique Márquez, destacaron el inicio de las “negociaciones” en México entre representantes del gobierno de Nicolás Maduro y dirigentes opositores, y esperan que de este nuevo acercamiento surjan “garantías” de cara a los comicios locales y regionales del 21 de noviembre.
El chavismo accedió a principios de mayo a incorporar a Picón y Márquez al CNE, desde el que ahora han defendido la “urgente necesidad” de que Venezuela salga de la “crisis humanitaria compleja” que arrastra desde hace varios años y se garanticen los Derechos Humanos.
“Esperamos que este nuevo ciclo de negociaciones encamine a Venezuela hacia la superación de la crisis multidimensional”, declararon en un comunicado conjunto, en el que asumen que la “negociación integral” que se necesita para el país sudamericano requerirá previsiblemente más tiempo que el que resta antes de la próxima cita con las urnas.
Como “gestos de buena voluntad” de cara a las negociaciones, y con vistas también a lograr una mayor participación en los comicios, han planteado “la rehabilitación de líderes políticos, la liberación de presos políticos así como posibilitar el retorno de los exiliados”.
Los dos rectores han incluido también como “garantías” de cara a las elecciones “la habilitación de líderes políticos para que puedan inscribir sus nombres como candidatos (...); el uso equilibrado del espacio radioeléctrico venezolano; el respeto irrestricto a los Derechos Humanos y políticos de cada uno de los actores del proceso electoral, sin persecución, detenciones arbitrarias y si ningún tipo de amedrentamiento”.
A falta de ver en qué se concretan los contactos de México, esta misma semana el exgobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, abogó por la participación de la oposición en las elecciones de noviembre, señalando que ahora se dan unas condiciones “distintas” a las de 2020, precisamente por la presencia de los dos rectores en el CNE.
“Roberto Picón y Enrique Márquez son dos personas comprometidas con la democracia, con lo que se ha luchado; que ellos estén allá dentro para mí sí es una garantía de que, si se están cometiendo tropelías, van a salir a decirlo. Esa garantía no la teníamos el año pasado”, afirmó.
Con información de Europa Press.