De los ocho planetas que conforman el sistema solar, o nueve si se quiere incluir a Plutón, Venus es considerado como el planeta gemelo de la Tierra, debido a su tamaño, ya que son casi iguales. Asimismo, su componente rocoso hace de este planeta sea uno de los más atractivos para explorar por parte de los astrónomos, tanto así que Venus fue el primer planeta en ser explorado por una nave espacial en 1962.
Así como los gemelos tienen cosas en común, también existen factores que los hacen únicos, y en el caso de Venus y la Tierra ocurre lo mismo. En primera instancia, el surgimiento de la vida en el planeta azul es la diferencia notable, sin embargo, dejando esta distinción de lado, Venus posee una espesa atmósfera, la cual atrapa el calor produciendo un efecto invernadero muy potente.
Por otro lado, a pesar de que no es el planeta más cercano al sol, Venus es el astro más caliente del sistema solar, presentando temperaturas promedio de 475°C. De igual manera, Venus cuenta con una presión de aire supremamente aplastante en su superficie, unas 90 veces mayor que la de la Tierra, lo que no permitiría el desarrollo de la vida humana tal como se conoce.
El planeta rebelde
Una de las diferencias por las que Venus se distingue sobre otros cuerpos del sistema solar es debido a que este planeta gira sobre su eje hacia atrás, por lo que, mientras los demás planetas giran de oeste a este, Venus y Urano, lo hacen en sentido contrario.
A pesar de que aún no se descubre el porqué de este movimiento, algunos astrónomos aseguran que, cuando se estaba formando el sistema solar, hace más de 4 mil millones de años, un objeto impactó violentamente con Venus, lo que provocó que girara en ese sentido.
Asimismo, otra característica de este planeta es que su día dura más que su año, es decir, demora más en completar una vuelta sobre su propio eje, que completar una vuelta alrededor del sol, durando 243 días y 225 días, respectivamente (tomando como base la medición del tiempo terrestre).
Por otro lado, a este planeta no lo orbitan satélites naturales (o lunas) al igual que Mercurio, pero sí presenta volcanes, otra cualidad que lo hace similar a la Tierra. De igual manera, gracias a su brillo reflejado la luz del sol, se conoce desde la antigüedad y puede verse a simple vista, siendo uno de los objetos más brillantes de la bóveda celeste.
Las misiones a Venus: toda una odisea
Desde hace más de 60 años, cuando la Sonda Mariner 2 de la NASA sobrevoló a Venus, se pudo establecer que lograr llegar a este planeta, y aterrizar en él no sería fácil, ya que las condiciones atmosféricas de Venus eran, y siguen siendo, inusuales y complejas de comprender.
Debido a que, en promedio, la distancia entre la Tierra y Venus es de 41 millones de kilómetros, la velocidad de la nave espacial es un factor importante para establecer cuánto tiempo tarde un viaje de un planeta a otro, reseña FayerWayer.
Por ejemplo, a Mariner le tomó 110 días días en llegar a lo órbita de Venus, lanzada el 27 de agosto de 1962. No obstante, si una nave espacial viajara a la velocidad del Voyager 1 (la nave espacial que se encuentra más retirada de la Tierra lanzada en 1977), le tomaría 155 días en llegar ya que esta viaja a 17 km/s.
Aun así, con la tecnología actual, cuyas naves viajan a 20 km/s, les tomaría llegar a Venus, desde la Tierra, 100 días en promedio. Pero, si se llegara a potenciar un aparato que viaje a la velocidad de la luz (300.000 km/s), solamente se tardaría 13 minutos en llegar de un planeta a otro.
Debido a la curiosidad científica, tras enviar a la sonda Mariner 2, posteriormente se enviaron las sondas, Mariner 5, Mariner 10, Magallanes, Pioneer Venus 1, Pioneer Venus 2 (la cual impactó contra la superficie de Venus en 1978, funcionando por una hora), Venus Express (de la Agencia Espacial Europea - ESA ), Akatsuki Venus Climate Orbiter ( de Japón) y la sonda solar Parker.
En la actualidad, hay varios lanzamientos en mente por parte de la NASA y la ESA que tienen como destino Venus, bautizados: Davinci, Veritas y EnVision, causando grandes expectativas para astrónomos y aficionados.