Lo que muchos creen imposible, lo hicieron realidad los pasajeros de varios vuelos que estuvieron por los aires durante el cambio de año. Uno de ellos fue el 858 de la aerolínea United Airlines, quienes viajaron en el tiempo al despegar a las 12:30 de la madrugada del primero de enero y aterrizaron a las 17:15 del 31 de diciembre.
Esto lo lograron gracias a que partieron de Seúl, capital de Corea del Sur, cuando ya era 2023 y aterrizaron en San Francisco, Estados Unidos, cuando aún era 2022. El viajar en contra del sentido de rotación de la Tierra es lo que permite esta hazaña, experiencia que cada vez más se ha vuelto común entre los viajeros que quieren celebrar el Año Nuevo dos veces.
El truco para poder hacerlo es viajar desde zonas ubicadas lo más al oriente posible de Asia, con rumbo a aeropuertos instalados lo más al occidente de América, como San Francisco, Los Ángeles, Vancouver o Seattle.
Quienes se embarquen en esa aventura, deben tener en cuenta que el recorrido debe hacerse cruzando el océano Pacífico, lugar donde se encuentra la línea imaginaria internacional que marca el cambio de hora y de fecha en el mundo.
Cuando los aviones que emprenden este viaje con rumbo a América, deben atrasar sus calendarios un día, razón por la que los pasajeros que en la madrugada de este primero de enero se subieron esas aeronaves, pudieron celebrar por partida doble la llegada el Año Nuevo.
Otro de los vuelos que aprovechó este fenómeno fue el 102 de Air Tahiti Nui, el cual partió de Auckland, Nueva Zelanda, en 2023 y aterrizó en Papeeté, Tahití, cuando todavía era 31 de diciembre de 2022.
¿Cuál fue el último país en recibir el Año Nuevo?
En el calendario, la festividad del nuevo año llegó primero a la República de Kiribati, ubicada en el Pacífico Central y que incluye algunas islas que conservan restos de batallas de la Segunda Guerra Mundial.
Con una población de 115 mil habitantes y compuesta por 33 islas, aproximadamente, esta zona del mundo ubicada en el noreste de Australia será la primera en recibir el nuevo año.
Este país en Oceanía ha sufrido mayormente el calentamiento global que está provocando que se derritan los glaciares en grandes masas de hielo, haciendo que el nivel del mar suba en un promedio de 3,2 milímetros por año.
Mientras los australianos empezaban a celebrar las fiestas de fin de año, los kiribatianos cumplen tres horas celebrando el tan esperado primero de enero, acompañada de dos islas, Fiyi y Tonga, ubicadas también en Oceanía.
Después de haber celebrado el inicio de un nuevo año en el resto de países, incluido Colombia, la lista comenzó a cerrarse. Estados Unidos terminó siendo el último país en recibir Año Nuevo en las Islas Howland y Barker, que son usadas como refugio salvaje nacional, con un territorio pequeño que no logra abarcar 2.6 kilómetros cuadrados.
Ubicada entre Hawái y Australia en Oceanía, la Isla Howland es conocida por ser el lugar en el que Amelia Earhart debía aterrizar en una de las escalas de su vuelta al mundo en 1937 y a la que nunca llegó porque su avión desapareció sin dejar rastro.
En 1987 fue reclamada por Estados Unidos, quien junto a los británicos explotaron sus depósitos de guano (abono natural) hasta finales del siglo XIX y albergaron en su territorio instalaciones militares hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Es este territorio, que forma parte del archipiélago de las islas Fénix, se sumaron a Howland y Barker, Niue en Nueva Zelanda, Tahití en la Polinesia Francesa y la Isla Pitcairn del Reino Unido como los territorios a donde el 2023 llegó de último