Arrepentimiento es el sentimiento que embarga a Anaya Peterson, una británica que tomó una decisión sin prever las consecuencias. Pese al consejo de su hija para que se abstuviera de tatuarse los globos oculares, no hubo “poder humano” que la convenciera de lo contrario y ahora tiene en riesgo su visión.

La mujer reconoció que su admiración por la australiana Amber Luke, una modelo que tiñó sus ojos de azul, fue lo que la llevó a intentar seguir sus pasos. En el caso de la influencer de Nueva Gales del Sur, su caso tomó relevancia cuando quedó ciega por un tinte especial y tras admitir que ese había sido uno de los procedimientos “más dolorosos” a los que se había sometido.

En el caso de la australiana, la afectación ocular terminó por irse al cabo de un tiempo; sin embargo, para Peterson las cosas podrían no resultar de la misma manera y tener repercusiones permanentes.

“Solo iba a hacerme un tatuaje al principio, porque pensé que si me quedaba ciega, al menos tendría el otro ojo. Debería haberme quedado con eso”, señaló Peterson a Kennedy News. “Mi hija me dijo que no quería hacer eso y me preguntó: ‘¿Qué pasa si te quedas ciega?’. Ella no estaba de acuerdo con eso en absoluto”, agregó.

Un cambio de “pies a cabeza”

En su cuenta de TikTok, la mujer de 34 años acumula más de 35.000 seguidores y suele compartir diferentes intervenciones que ha tenido tanto en su rostro como en otras partes del cuerpo. Otros tatuajes, perforaciones en su lengua, piercings y expansiones en sus orejas hacen parte de los cambios que muestra de forma espontánea.

No obstante, en el caso de sus ojos la transformación puede haberle pasado factura y en varios de los clips que ha subido denota irritación en los mismos y, algunas veces, una inflamación considerable. Aunque en ciertos clips se toma con humor los mensajes que la cuestionan, sí reconoce que está última decisión pudo haber cruzado una línea roja.

“Ya no tengo una visión 20/20. Desde la distancia no puedo ver las características de las caras”, dijo. “Si no me hubiese tatuado los ojos, no tendría este problema”, afirmó Peterson, según lo recogido por New York Post. Ese medio detalló que el tatuaje en el primero de sus ojos lo hizo hace dos años sin complicaciones y, aunque luego tuvo dolores de cabeza, eso no impidió que hiciera lo mismo con su otro globo ocular.

“Solo quería estar en casa viendo televisión. Ni siquiera puedo ponerlo en palabras. No fue agradable en absoluto”, evocó esta mujer. “Fue traumático pasar por eso. Solo recuerdo haber pensado: ‘No volveré a hacer esa m*** con el tatuaje del ojo’. Definitivamente”, señaló la británica al evidenciar los efectos adversos.

En redes sociales, los internautas han llenado sus publicaciones de críticas en las que la tildan como la única responsable de tener dificultades en su visión. Otros la ponen como “ejemplo” para lanzar interrogantes sobre por qué algunas personas deciden hacerse transformaciones extremas, aludiendo a una “creación perfecta” hecha por Dios. A varias reacciones, Peterson les ha salido al paso, sin dejar entrever ninguna afectación.

“Estoy un poco recuperada, por fuera está recuperado. Está justo dentro. Básicamente estoy a punto de quedarme ciega (...). “Le digo a mi hija que no se preocupe por las opiniones de los demás porque son personas comunes y corrientes como tú”, afirmó, aunque apuntó a que los comentarios negativos “siempre eclipsan” los positivos.