El expresidente boliviano, Evo Morales, fue golpeado en la cabeza con una silla. Todo ocurrió este lunes en medio de un acto llevado a cabo en Cochabamba para ultimar los preparativos de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), para las elecciones regionales y locales de 2021.

El exmandatario, quien regresó a Bolivia en días pasados tras un año de exilio, se encontraba en la mesa principal instalada en un coliseo de Cochabamba buscando imponer a sus candidatos para los comicios. Sin embargo, de un momento a otro el ambiente se puso tenso y las personas presentes en el lugar empezaron a gritar: “¡Fuera, fuera, fuera!”.

Cabe destacar que Morales se ha venido enfrentando durante los últimos días a desacuerdos políticos al interior de su partido por la selección de candidaturas para las próximas elecciones subnacionales.

Antes del incidente en Cochabamba, a través de un mensaje en Twitter, Morales acusó a la “prensa de derecha” de tergiversar lo que sucede en las reuniones partidarias en las que se menciona el “dedazo”.

“Prensa de derecha tergiversa: si estoy en reuniones donde se eligen a candidatos, dice que es “dedazo”; y si no estoy, que lo hacen en contra de Evo. No les interesa la verdad. El MAS-IPSP es el partido más grande de nuestra historia y tiene diversas formas de elegir a candidatos”, había publicado Morales en su cuenta de Twitter.

Tras el incidente donde resultó golpeado con una silla, el exmandatario se volvió a pronunciar y dijo que la derecha quería destruir la unidad de su partido político MAS. “Denunciamos que la derecha golpista trata de destruir la unidad del MAS-IPSP enviando infiltrados para generar violencia en nuestros ampliados, que tienen como objetivo la elección democrática y pública de nuestros candidatos para los comicios subnacionales”.

No es la primera vez que Morales se ve envuelto en tensiones similares. El pasado viernes tuvo que esconderse para evitar ser agredido en el departamento de Potosí, y ha intentado en estos últimos días esquivar cualquier reconocimiento de división interna en el MAS.

Morales llegó a la Presidencia en 2006 y sus 14 años de gobierno lo convirtieron en “recordman”, como el mandatario boliviano con más tiempo en el poder. Fue reelegido en 2010 y 2015, pero en febrero de 2016 perdió un referéndum en el que buscaba ser habilitado nuevamente como candidato para el periodo 2020-2025.

Transcurrió año y medio y un polémico fallo del Tribunal Constitucional le permitió ser nuevamente candidato, bajo el argumento de que se trataba de un “derecho humano”. Buscó un cuarto mandato en octubre de 2019, bajo críticas de sus adversarios de que buscaba perpetuarse en el poder de manera indefinida.

Oficialmente ganó, pero esas elecciones fueron denunciadas como fraudulentas por la oposición y comenzaron protestas sociales en todo el país, que dejaron unos 35 muertos.

Tres semanas después, los jefes militares y de la Policía le quitaron todo respaldo, y Morales dimitió y partió asilado a México. Luego se refugió en Argentina, desde donde retornó al país el 9 de noviembre, después de la aplastante victoria electoral de Luis Arce.