El papa Francisco abandonó Grecia tras una histórica visita de dos días y medio, marcada por su mensaje a favor de integrar mejor a los migrantes en Europa, piedra angular de su pontificado.
Pero una imagen quedó en la lente de los medios de comunicación que cubrieron la retirada del papa de territorio griego y fue cuando subiendo las escaleras, una dura ventisca hizo que perdiera el equilibrio mientras llegaba a la puerta principal del avión.
El hecho no pasó a mayores y logró llegar sano y salvo y sin ningún tipo de ayuda de sus asistentes a la parte superior de las escaleras, mostrando un gran estado de salud.
Poco antes de despegar hacia Roma, el pontífice de 84 años se reunió con jóvenes de una escuela católica de los suburbios de Atenas, a los que instó a no contentarse con “encuentros virtuales” sino a “buscar encuentros reales”.
En un ambiente muy alegre, salpicado de cantos religiosos de niños y adolescentes, subrayó la necesidad de abrirse a los demás, “sobre todo con quien te necesita”.
Hay que “buscar a los demás cuando viene la tentación de cerrarse”, instó. Dirigiéndose a tres jóvenes, Katerina, Ioanna y Abud, que compartieron sus “dudas” o sus experiencias; el papa, que fue muy aplaudido, dijo que “dedicarse a los demás no es de perdedores”, sino “de vencedores”.
Tradicionalmente muy cercano a los jóvenes, un sonriente Francisco dijo que “muchos hoy son de redes sociales pero poco sociales, encerrados en sí mismos, prisioneros del teléfono que tienen entre sus manos”. “Pero en la pantalla falta el otro, faltan sus ojos, su respiración, hacen falta sus manos”, dijo ante un público de adolescentes.
A Abud Gabo, un joven sirio de 18 años que le contó su “peligroso viaje a Grecia” tras huir de la guerra en Alepo, el papa le pidió que, como Telémaco en la Odisea, no se “deje paralizar por el miedo”.
“¡Sueñen en grande! ¡Y sueñen juntos!”, exclamó, aclamado a gritos de “papa Francisco” en griego.
La víspera, en la isla de Lesbos, Francisco, defensor de la causa de los migrantes, pidió el fin de un “naufragio de la civilización” en un discurso en el campo de refugiados Mavrovouni. El pontífice saludó y bendijo a las familias, incluidos muchos niños, algunos de los cuales le abrazaron. “Welcome!”, “We Love You!”, se pudo escuchar.
El Mediterráneo “está convirtiéndose en un cementerio frío sin lápidas [...]. Se lo ruego, ¡detengamos este naufragio de la civilización!”, dijo el domingo.
En una tienda de campaña del campo, escuchó visiblemente emocionado los cantos de un coro de exiliados, y lamentó que el Mediterráneo, “cuna de tantas civilizaciones” sea hoy “como un espejo de la muerte”.
“No permitamos que el mare nostrum se transforme en un desolador mare mortuum, [...] no dejemos que este mar de recuerdos se convierta en el mar del olvido”, instó ante la presidenta griega, Katerina Sakellaropoulou, el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, y el ministro griego de Migración, Notis Mitarachi.
A su llegada a Grecia el sábado, tras un viaje a Chipre, desde donde cincuenta migrantes serán trasladados a Roma, Francisco, que procede de una familia de migrantes italianos, fue recibido calurosamente por una multitud de solicitantes de asilo agolpados entre los contenedores del campo, que alberga a unos 2.200 solicitantes de asilo.
En abril de 2016, Francisco ya visitó un campamento de migrantes en Lesbos, el de Moria, destruido por un incendio hace un año, cuando la isla era la principal puerta de entrada de los migrantes a Europa, y sorprendió al llevarse consigo a doce refugiados sirios.
Durante este 35º viaje papal, fue recibido en dos ocasiones por el jefe de la Iglesia ortodoxa griega, el arzobispo Jerónimo II, pidiéndole una vez más “perdón” por los “errores cometidos por muchos católicos”, como había hecho Juan Pablo II en 2001 en Atenas.
En la capital griega, que recibió la primera visita de un papa en dos décadas, celebró el domingo una misa ante unos 2.000 fieles en la que predicó a favor de la “modestia y la humildad”.
Antes de abandonar Grecia también se reunió con el presidente del Parlamento griego, Konstantinos Tassoulas, y con el líder de la oposición Alexis Tsipras, tras haberse reunido el sábado con la presidenta de la República Helénica, Katerina Sakeropoulou, y con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis.
*Con información de AFP.