Con el objetivo de lanzar satélites o elementos pequeños al espacio, en la órbita terrestre baja, científicos de la compañía Green Launch crearon un cañón hipersónico de hidrógeno, con el que se podrá enviar estos elementos a su destino en un tiempo estimado de 10 minutos.
El cañón tiene la capacidad de lanzar satélites en lapsos de entre 60 y 90 minutos hacia la órbita. Según explica el portal New Atlas, este se compone de un tubo de unos 16,5 metros de longitud en el que se inserta el elemento a expulsar y con una mezcla entre hidrógeno, helio y oxígeno el satélite saldría directo al cielo para ocupar el destino trazado.
“Penetrará en la atmósfera en un minuto y se desprenderá de su aeroescudo... Sus satélites y suministros pueden estar en órbita en 10 minutos”, fueron las palabras de Eric Robinson, quien es el director de desarrollo comercial de la compañía estadounidense, Green Launch, haciendo referencia a la forma como opera el cañón.
Es de resaltar que la órbita terrestre baja, a la que llegan los satélites enviados por el cañón hipersónico, están entre los 300 y mil kilómetros, por lo que con este se lograría acortar el tiempo de llegada en un rango de dos horas hasta los 10 minutos.
Según el portal mencionado, la última prueba que realizó la compañía estadounidense fue a finales de 2021, cuando logró una velocidad superior a la del Mach 3. Y para finales del año en curso esperan volver hacer pruebas con las que esperan aumentar la velocidad que hasta ahora han utilizado.
“El equipo tiene como objetivo aumentar la velocidad suficiente para obtener un proyectil para cruzar la Línea Karman, a 100 km (62 millas) sobre la Tierra, y entrar en lo que se conoce como el comienzo del espacio”, afirmó Atlas New sobre los planes de la compañía con el cañón hipersónico.
“Estaremos muestreando la mesosfera entre 30 km y 100 km para determinar el contenido de gas isotópico. Esto tiene una gran influencia en el presupuesto de energía de la Tierra y proporciona datos físicos para los científicos del clima de todo el mundo”, aseguró Robinson sobre los ensayos e importancia del proyecto.
Y agregó, “Green Launch es excepcionalmente capaz de tomar biopsias de la atmósfera de la Tierra a altitudes demasiado altas para los globos y demasiado bajas para los satélites. Los cohetes de sondeo son mucho más caros y muy contaminantes”, indicando los logros de la compañía en medio de los ensayos y estudios.
Y en ese sentido, el director de desarrollo informó que continúan investigando para avanzar cada vez más la tecnología utilizada. “Estamos entrando en una nueva ronda de desarrollo para nuestro sistema suborbital y luego el primer sistema orbital”, aseveró Robinson.
Por otro lado, es de recordar que la semana anterior se comunicó el contrato que firmó la Nasa con SpinLaunch, una startup basada en California, ya que esta última está probando un sistema alternativo de lanzamiento espacial para pequeños satélites con energía cinética.
Este proyecto fue probado con éxito en un prototipo de alcance suborbital. El pasado 22 de octubre desde las instalaciones del Spaceport America de Virgin Galactic en Nuevo México, lanzaron un pequeño cohete desde ese lugar, terminando satisfactoriamente.
Esta firma de tecnología espacial tiene como objetivo poner satélites de clase de 200 kilogramos en órbita terrestre baja. A diferencia de los cohetes tradicionales basados en combustible, SpinLaunch utiliza un sistema de lanzamiento cinético eléctrico basado en tierra que ofrece un enfoque sustancialmente menos costoso y ambientalmente sostenible para el acceso al espacio.