Luchar contra el cáncer, sin importar la zona que ataque esta enfermedad, es una decisión de vida que no solo necesita valentía y coraje para afrontarla, sino también dinero.

Las operaciones y otros tratamientos médicos que se necesitan para poder sobrevivir a este tipo de padecimientos requieren de una gran cantidad de dinero, por lo que muchas veces los pacientes que sufren de este padecimiento deciden sacrificar objetos personales que, aunque importantes, no son tan relevantes como lo es la vida misma.

Ejemplo de esto es la historia de un hombre en Tabasco, México, que con el fin de costear el tratamiento que le permitiría luchar contra el cáncer de estómago, decidió rifar su camioneta, sin saber que el ganador le tenía una sorpresa aún mayor.

Cumpliendo su promesa de entregar su camioneta como premio mayor a una rifa que hizo el pasado 24 de diciembre, Juan Manuel Vidales Montero, quien actualmente vive en la ciudad de Huimanguillo, decidió transmitir el emotivo momento por medio de un video en vivo en redes sociales. El ganador fue Marco Polo Rodríguez Cadenas, un joven que se veía notablemente emocionado por poder recibir la camioneta Chevrolet 400 SS que Vidales le entregaría.

Rodríguez fue uno de los muchos participantes de la rifa con la que Juan Manuel pudo costear los gastos de una cirugía, además de un tratamiento que le ayudaría a alargar sus días sobre la Tierra.

“Me siento muy a gusto, muy contento de tener vida para entregar este premio, y seguiremos luchando porque la vida sigue adelante”, dijo Vidales, sentado en una silla y con los papeles de la camioneta en su mano.

Siguiendo el protocolo, el hombre no dudó ni un momento en entregar los documentos del vehículo al afortunado ganador, haciendo valer su palabra con él y con todas las personas que concursaron por este premio. Sin embargo, Juan Manuel nunca se imaginó la sorpresa que la vida tenía destinada.

Cuando Marco Polo recibió la carpeta con los papeles que lo acreditaban como el dueño del vehículo, sabía que tenía dos opciones: montarse en su nueva camioneta y salir feliz de la casa de Vidales, sabiendo que la suerte había estado de su lado, o realizar un acto desinteresado con su amigo y, de esta forma, ganarse aún más su cariño y respeto; finalmente, eligió la segunda opción.

Después de unos segundos de silencio, el joven y un acompañante explicaron que la camioneta tenía un moño rojo en la parte de adelante, aclarando que más que un premio era un regalo, porque ellos no estaban dispuestos a recibirla. Por el contrario, estaban contentos con poder obsequiar el vehículo a quien con esfuerzo lo había conseguido y que ni siquiera el cáncer se lo podría arrebatar.

Al recibir de vuelta los documentos, Juan Manuel no pudo contener las lágrimas, agradeciendo “de todo corazón” el acto de hermandad que sus amigos habían tenido hacia él.

“Muy bendecido de tener amigos como ustedes, con ese corazón tan grande”, manifestó Vidales entre lágrimas. “Muchísimas gracias”, repetía con los ojos aguados.

Además de la camioneta, el hombre también estableció otros dos premios en dinero, que serían entregados al segundo y tercer lugar: el primero recibiría 20 mil pesos mexicanos, mientras que en el segundo caso serían entregados 10 mil pesos. Cabe añadir que todos los que compraron la boleta de 199 pesos participaban por cualquiera de los tres premios.

Por el momento se desconoce la identidad de las otras dos personas que obtuvieron el segundo y tercer lugar y que pudieron quedarse con el dinero en efectivo.