Un edificio de 10 pisos fue construido la semana pasada en menos de 29 horas en la ciudad de Changsha, en China y lo denominaron el “edificio viviente”. Se trata de un proyecto que fue llevado a cabo por la firma Broad Group.
Medios internacionales indicaron que el edificio fue construido tras 28 horas y 45 minutos de trabajo sin descanso. Para ello, utilizaron módulos prefabricados, previamente, uno sobre el otro.
La compañía a cargo de la obra indicó que la rápida construcción de sus inmuebles no implica ningún riesgo de derrumbe y, que por el contrario, ya está disponible para que los interesados entren a vivir en el “edifico viviente”.
Además, aseguraron que ese edificio pesa 10 veces menos que el resto de construcciones convencionales y es 1.000 veces más fuerte y resistente contra temblores. A su vez, indicaron que es el edificio que menor consumo de energía registra en el mundo y su ciclo de vida es de 1.000 años.
A propósito de lo anterior, un gran susto se llevaron cientos de personas en China en mayo del presente año, luego de que en la ciudad de Shenzhen el SEG Plaza, un edificio de 79 pisos con 20 años de construido, empezara a tambalear de un momento a otro durante varios segundos.
Tras lo ocurrido, la oficina de manejo de emergencias informó que como tal no se presentó en ese momento algún temblor al momento en que el SEG Plaza empezó a moverse, hacia la 1:50 p.m. del martes 18 de mayo.
Además, un informe meteorológico local señaló que la velocidad del viento en Shenzhen al momento del incidente fue de 27 kilómetros por hora, por lo que consideraron que era poco probable que esa hubiese sido la causa del movimiento del edificio de 79 pisos.
En cuanto al SEG Plaza, se ha indicado que este es el quinto edificio más alto de la ciudad del sur de China. Además, donde está ubicado, es una moderna metrópolis que conecta a Hong Kong con el territorio continental. Shenzhen también es conocida por sus sitios comerciales, como la Ciudad Comercial Luohu.
En redes sociales circularon varios videos del angustioso momento en que el rascacielos se empezó a mover, mientras las personas corrían para huir de la zona, por temor a que la estructura colapsara. Por fortuna, el hecho no dejó personas heridas, menos fallecidas, y tampoco pérdidas materiales.
Transcurrido unos días, el diario local The Paper informó que las autoridades decidieron el cierre del edificio hasta que se resuelva el motivo del temblor y con el objetivo de minimizar riesgos.
La fuente agregó que el edificio no solo vibró al menos en tres ocasiones en mayo, sino que algunas de las personas que trabajan en el edificio también indicaron haber sentido temblores el pasado día 13 mayo.
El medio chino agregó que las pesquisas sobre el suceso revelaron que el rascacielos no cuenta con amortiguadores de vibraciones, como suele ser habitual en construcciones del estilo.
Los colapsos de edificios no son raros en China, donde normas permisivas de construcción y la acelerada urbanización en las últimas décadas permitieron levantar edificaciones rápidamente.
El año pasado, las autoridades chinas prohibieron construir torres de más de 500 metros de altura, una restricción que ya estaba vigente en algunas ciudades, como Pekín.