Le llaman ‘Fluffy’ y es catalogada como una criatura que se parece a un dinosaurio, no solo por su aspecto físico, sino porque su mordida puede cortar huesos. El animal fue encontrado en un lago de Cumbria y ha llamado la atención de los expertos.
La historia, traída por el diario británico The Guardian, cuenta cómo esta tortuga caimán es originaria de pantanos y ríos de Estados Unidos, pero fue encontrada en un lago de Cumbria, uno de los 47 condados de Inglaterra, Reino Unido, capital de Carlisle.
A través de Facebook, un paseador de perros pudo observar a la criatura bañándose en unas aguas poco profundas de un pequeño lago cerca de Ulverston, lo siguiente que hizo fue pedir ayuda a sus seguidores en las redes sociales para identificarla.
Fue entonces cuando un miembro de la parroquia de Urswick que había pasado tiempo en Estados Unidos y se especializó en criar tortugas, identificó la especie y fue alertada sobre la publicación en las redes sociales.
“Lo miré e inmediatamente pensé: oh, Dios mío, sé lo que eres”, dijo Chamberlain. “He visto tortugas mordedoras en estado salvaje, pero en una escala mucho mayor. Crecen hasta pesar alrededor de 14 kilos y pueden chasquear los dedos”, según narra The Guardian.
Lo más llamativo de esta especie de tortugas es que “tienen un mecanismo de defensa natural: cuando te acercas a ellas, abren la boca”, son animales costosos y difíciles de cuidar, por lo que hace pensar que Fluffy fue arrojado por un dueño que no quiso tenerlo más.
“Estas especies son invasoras, no son nativas y sabía que iba a alterar la ecología del lago, que está muy equilibrada”, dijo el experto después de iniciar una misión de reconocimiento en el lago para comprobar que habían identificado correctamente a la criatura.
Las tortugas no tienen depredadores naturales, pueden crecer hasta unos 80 cm y vivir hasta 70 años. También se encuentran en América del Sur y Central y tienen poderosas mandíbulas capaces de romper huesos. “Ese tipo de criatura, aunque no se va a reproducir, podría causar un daño real a las poblaciones de peces y comerse todo tipo de vida silvestre local”, dijo Chamberlain.
El animal fue llevado a una clínica veterinaria para comprobar que su estado de salud fuera óptimo. La doctora Kate Hornby fue la encargada de revisar al reptil e inicialmente pensó que sería una tortuga acuática, pero después se sorprendió cuando verificó que se trataba de una tortuga caimán.
“Ciertamente, es el primero que vemos en la clínica; se mantienen en el Reino Unido, pero ciertamente no son algo común que se vea en los veterinarios”, dijo la veterinaria a PA Media.
“Sin duda daría un mordisco desagradable y probablemente podría causar un daño significativo a un dedo o a la punta del dedo, pero en este tamaño, no es particularmente peligroso”, dijo.