En medio de la devastación, los equipos de rescate en Turquía y el norte de Siria luchan este martes 7 de febrero contra el reloj y el frío para buscar entre los escombros a supervivientes del violento sismo del lunes, cuyo balance ya superó los 5.000 muertos.
Mientras tanto, en redes sociales ha llamado la atención un video que dejó ver luces verdes, antes del devastador terremoto.
Hay quienes las denominan luces de terremoto, también conocidas como EQL por sus siglas en inglés, y es un fenómeno que se ha observado antes o durante un movimiento telúrico de gran magnitud en otras naciones.
Sobre ello, científicos han dicho que ese fenómeno lumínico se genera por el choque de las capas tectónicas, las cuales generan una carga eléctrica.
Destacan que dichas ondas electromagnéticas ionizan el aire y al llegar a las nubes chocan con las cargas eléctricas y provocan los destellos, como los vistos en el video que se viralizó.
El extraño comportamiento de las aves en Turquía
En las últimas horas, también se viralizó un video en el que se pudo observar el comportamiento poco común de las aves en Turquía, minutos antes de que llegara la devastación. En el corto, que le da la vuelta al mundo, se pudo ver a los pájaros volando y realizando sonidos con algo de desespero, como si estuvieran anunciando la llegada del terremoto.
Sin embargo, expertos en instinto animal señalan que los animales no tienen la capacidad de predecir los desastres naturales, pero sí pueden sentirlos primero que los seres humanos, de ahí el comportamiento de nerviosismo previo al desastre.
“Los animales no predicen, tienen sentidos aumentados y perciben con mayor precisión las cosas en comparación con los humanos. Por ejemplo, los animales que usan para detectar explosivos y drogas, los humanos no tenemos esa capacidad de detección”, dijo Juan Carlos Murillo, gerente de Respuesta de World Animal Protection.
Turquía y Siria requieren ayuda
La ayuda internacional debe empezar a llegar el martes a las zonas castigadas por el terremoto y sus réplicas. La primera sacudida, en la madrugada del lunes, alcanzó una magnitud 7,8 y se sintió hasta en Líbano, Chipre y el norte de Irak.
En Turquía, el número de muertos se elevó a 3.419 personas muertas y 20.534 heridas, declaró el martes el vicepresidente Fuat Oktay.
En Siria, al menos 1.602 personas fallecieron y 3.640 resultaron heridas, según los balances de las autoridades de Damasco y de los equipos de rescate de las zonas rebeldes.
En base a los mapas de la zona afectada, una responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Adelheid Marschang, indicó que “23 millones de personas están expuestas” a las consecuencias del terremoto, “incluyendo cinco millones de personas vulnerables”.
A veces con las manos desnudas, los socorristas continuaron la dramática búsqueda de sobrevivientes durante la noche, desafiando el frío, la lluvia o la nieve y el riesgo de nuevos derrumbes.
En Hatay, en el sur de Turquía, rescataron con vida a una niña de 7 años que había quedado bloqueada bajo una montaña de escombros.
“¿Dónde está mi madre?”, dijo la pequeña, con su pijama rosa manchado de polvo, en brazos de un socorrista.
Las malas condiciones meteorológicas en la región de Anatolia complican las labores de rescate y ensombrecen las perspectivas de los supervivientes, que se calientan en tiendas o en hogueras improvisadas.
*Con información de AFP.