Un niño de tres años y autista fue hallado con vida sacando agua en malas condiciones de un pozo ubicado en un terreno al interior del desierto australiano, después de tres días de búsqueda que estremecieron al país.
La policía envió un helicóptero equipado con cámaras térmicas, pero no logró captar al niño en las primeras horas después de que se reportó su desaparición, la mañana del viernes en la remota propiedad de su familia en el estado de Nueva Gales del Sur, 150 km al noroeste de Sídney.
Rescatistas y policías, incluyendo algunos a caballo, buscaron a lo largo del fin de semana antes de finalmente detectar al niño, AK Elfalak, durante un barrido por la zona con un helicóptero este lunes.
“Él está con nosotros, está a salvo y bien y con salud. Eso es lo que importa”, dijo su madre Kelly Elfalak este martes a periodistas de televisión, desde la casa familiar en el poblado de Putty.
“Quiero darle gracias a todos, me siento tan bendecida”, agregó.
AJ presentaba algunos rasguños y moretones, dijo la madre. “Fuera de eso, está perfecto”, agregó.
La policía explicó que la densidad del terreno complicó la búsqueda del niño, quien fue encontrado a algunos cientos de metros de su casa.
“El jovencito estaba sentado en una pequeña quebrada y bebía agua. Lo pudieron ver el piloto y los tripulante”, dijo a periodistas el superintendente de la policía de Nueva Gales del Sur, Brad Monk.
Imágenes de video tomadas desde el helicóptero policial mostraron al niño sentado en un pozo de agua turbia en una quebrada, usando sus manos para llevar agua a su boca.
La búsqueda del niño, quien según la policía es autista y no habla, fue la principal noticia en Australia los últimos días. “Qué alivio, no puedo imaginar lo traumática que fue esta experiencia para AJ y sus padres”, dijo el primer ministro Scott Morrison en Twitter.
Contraria a la suerte que corrió el pequeño en Australia, en el desierto de Arizona una mujer colombiana y su hija fallecieron, mientras que un niño de tres años 3 años de edad, también hijo ella, logró sobrevivir.
La colombiana Claudia Marcela Pineda y su pequeña hija murieron en el desierto de Arizona, en Estados Unidos, intentado llegar al denominado país del norte de forma irregular. La cadena Telemundo dio a conocer dicha llamada. En ella, la mujer pide auxilio tras estar desorientada. Cuando las autoridades llegaron al lugar donde ella estaba, la encontraron sin vida, al igual que a su pequeña hija. Su hijo se salvó y fue trasladado a un centro médico.
Según se informó, el menor sobreviviente tiene 3 años de edad y está siendo atendido en un hospital de Arizona, en Estados Unidos. En diálogo con ese medio, el padre de los niños, Hugo Pinzón, aseguró que su esposa buscaba un mejor bienestar y por eso se aventuró a cruzar a ese país de manera irregular. También pidió ayuda a la Cancillería colombiana para poder repatriar los cuerpos de su esposa y de su hija, quien en la llamada le decía a su madre que tenía hambre. Sobre Cristian David, su pequeño hijo, la suerte legal que tendrá es incierta.
Justamente, el Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano confirmó lo ocurrido el jueves 26 de agosto, cuando el Consulado en Los Ángeles recibió el parte informativo de la patrulla fronteriza de Yuma, Arizona. Allí se conoció la historia de la familia colombiana que murió, azotada por el calor, cuando intentaban entrar a Estados Unidos. Las autoridades encargadas informaron del hallazgo del cuerpo de una mujer, Claudia Marcela Pineda, y una niña de 11 años de edad, madre e hija.
La familia fue encontrada específicamente en el área desértica de Levee Road y County. Fue hallada por la patrulla fronteriza que actuó según los protocolos y en primera instancia trasladó al menor sobreviviente a un hospital de Phoenix. Yeni Acevedo, prima de Claudia Marcela Pineda, indicó que su familiar salió desde la ciudad de Tunja, capital del departamento de Boyacá, para viajar el pasado sábado 21 de agosto desde el Aeropuerto El Dorado, en Bogotá, con rumbo a México, para posteriormente viajar a Tijuana. En Ciudad de México, la colombiana se tomó algunas fotografías junto a sus hijos en la Plaza Mariana de Ciudad de México, famosa por la imagen de la Virgen de Guadalupe. Luego de ello haría contacto con un “coyote”, como llaman a las personas que ilegalmente intentan pasar a personas de diversos países con rumbo a Estados Unidos.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores contactó a la familia de las víctimas mortales, para prestar la asesoría necesaria y orientarlos sobre la posibilidad de repatriar a Colombia los cuerpos o las cenizas de las fallecidas”, indicó la Cancillería colombiana.
Sobre el drama fronterizo, la Corte Suprema de Estados Unidos ordenó el 25 de agosto pasado la reactivación de una política migratoria que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México su cita ante tribunales, un fuerte revés para el presidente Joe Biden que angustia a miles que aguardan en la frontera. Impulsado por el expresidente Donald Trump, el programa “Quédate en México” permitió que decenas de miles de solicitantes de asilo, en su mayoría de Centroamérica, fueran enviados de regreso a la frontera con México a la espera del resultado de sus trámites de ingreso.
La administración de Biden actuó rápidamente para comenzar a desmantelar y poner fin a esta controvertida política, oficialmente denominada Protocolos de Protección al Migrante (MPP). El drama de las personas que intentan pasar a Estados Unidos de forma irregular ha estado por décadas y aunque los gobiernos de Estados Unidos han legislado a favor y en contra de los inmigrantes, lo cierto es que el desespero de miles de personas ha derivado en tragedias como la sufrida por la colombiana y su hija.
*Con información de AFP