Un nuevo hecho de protesta que implica un ataque contra obras de arte en los principales museos del mundo ha tenido lugar este lunes, 24 de octubre de 2022, al interior del prestigioso Madame Tussauds en Londres, donde activistas del colectivo Just Stop Oil arremetieron violentamente contra las estatuas de cera de la familia real británica, más precisamente contra la efigie del ahora rey Carlos III.
El ataque, confirmado por el mismo museo londinense a través de las redes sociales, y del cual el colectivo responsable difundió un video, consistió en dar un pastelazo en la cara de la estatua del monarca, a la vez que sus responsables gritaban consignas que abogaban por el fin de nuevas licencias de extracción de gas y petróleo.
En el video se puede ver el momento en que dos personas, miembros del colectivo Just Stop Oil, se acercaron al pedestal en los que reposan las estatuas del rey Carlos III, su esposa Camila, el príncipe William y su esposa Kathe Midleton, para, tras revelar camisetas con su mensaje activista, dañar la escultura del monarca al estampar un pastelazo en el rostro.
“Dos partidarios de Just Stop Oil han cubierto un modelo de cera de Madame Tussauds del rey Carlos III con pastel de chocolate, exigiendo que el gobierno detenga todas las nuevas licencias y permisos de petróleo y gas”, precisó la cuenta del colectivo en las redes sociales, en un texto que acompaña la difusión del video del hecho.
En los mensajes difundidos también por la cuenta del colectivo por medio de las redes sociales, estos precisaron que “la ciencia es clara. La demanda es simple: simplemente detener nuevos planes de extracción de petróleo y gas. Es un trozo de tarta”, a la vez que recordaron que recientemente se conoció que “el rey Carlos III ha abandonado los planes de asistir y pronunciar un discurso, siguiendo el consejo de la entonces ex primera ministra Liz Truss”, refiriéndose a la participación del monarca en la COP 27, evento que se realizará próximamente, del 6 al 18 de noviembre en Sharm El Sheij, en Egipto.
Sobre los responsables del acto, para algunos de protesta, para otros calificado de “vandálico”, la misma cuenta del colectivo precisó que los responsables son dos de sus miembros, identificados como Eilidh McFadden, de 20 años y procedente de Glasgow, y Tom Johnson, de 29 años, pintor y decorador originario de Sunderland.
A su turno, desde las redes sociales del afamado museo de cera de Madame Tussauds, se conocieron los pronunciamientos de sus directivos, en los que afirmaron que el lamentable hecho ocurrió este lunes, aproximadamente a las 10:50 a. m.
“Los manifestantes ingresaron a la Zona World Stage en Madame Tussauds de Londres y arrojaron lo que se cree que es un pastel a nuestras figuras de la Familia Real”, advierte el museo, que advirtió que tras lo ocurrido, “nuestro equipo de seguridad se ocupó del incidente rápidamente”.
En ese mismo sentido, la administración del museo también dijo que trabajan de la mano de y en “estrecha colaboración con la Policía Metropolitana” para hacer frente y castigar lo ocurrido.
A su vez, el museo confirmó que, pese a lo acontecido, el museo continúa abierto al público; no obstante, la exhibición de las esculturas de cera de los miembros de la familia real británica tuvo que ser cerrada.
Dicha exposición actualmente es parte de la sección conocida en el museo como World Stage.
Seguidilla de ataques
Este nuevo hecho de protesta se presenta apenas un día después de que un grupo de activistas, adscritos al grupo Última Generación, arremetieran contra un famoso cuadro del pintor Monet, conocido como Les Meules, en un museo en Postdam, Alemania.
En referido ataque, los manifestantes arrojaron puré de papa contra la escultura, mientras arengaban en favor de la toma de medidas contra el cambio climático.
El ataque en Alemania tuvo como protagonistas a cuatro activistas.
De igual modo, diez días atrás, también en Londres, otros activistas del colectivo Just Stop Oil arremetieron contra el cuadro Los girasoles, de Vincent van Gogh, en la National Gallery londinense, a la que le lanzaron una sopa de tomate.
“¿Vale más el arte que la vida?”, cuestionaron en su momento los manifestantes, que también rechazaban el tema de la minería extractiva.
Este tipo de actos también han tenido otros escenarios, en los que el modo de operación es similar, y en los que se cuestiona como se hace ojos ciegos a la protección de la vida, y si se hace eco de hechos o ataques contra cosas ‘materiales’.