Las autoridades de la Comisaría General de Información de España han llevado a cabo un operativo para desarticular al grupo terrorista Combat 18 en el país europeo.
Desde finales del año pasado, las fuerzas de seguridad estaban monitoreando de cerca los primeros movimientos de este grupo neonazi, que había establecido sus bases en España con la intención de llevar a cabo ataques futuros contra diversos colectivos, incluyendo la extrema izquierda, la comunidad LGTBI+, personas de origen árabe y la comunidad judía.
Sin embargo, la reciente escalada del conflicto entre Hamás e Israel y la controversia en torno a una posible ley de amnistía precipitaron la acción policial, que culminó con la desarticulación de esta peligrosa banda.
Según fuentes de la investigación, tanto la Policía Nacional como los Mossos d’Esquadra participaron en esta operación, que recibió el nombre de “Arno” y se ha convertido en uno de los mayores esfuerzos en la lucha contra grupos supremacistas en territorio español.
¿Cómo fue el operativo?
En el marco de esta operación, se llevaron a cabo registros en diversas localidades de Madrid, Lugo, Málaga, Toledo y Barcelona, donde se había establecido la base principal de ‘Combat 18′ y su cúpula. En total, se realizaron 16 detenciones e incautaron aproximadamente 50 armas blancas, una decena de armas de fuego simuladas y un manual de explosivos, así como propaganda que incluía esvásticas y la imagen de Hitler.
Las fuentes de la investigación señalan que ‘Combat 18′ en España se distinguía de otros grupos supremacistas investigados por la policía en el país. A nivel internacional, este grupo se considera el brazo armado de Blood and Honour, y su objetivo es la lucha armada contra los colectivos que se oponen a su ideología neonazi. Según los investigadores, esa también era su intención en territorio español.
La organización, que estaba en fase de consolidación, tenía una estructura jerarquizada con una cúpula y jefes de células en diferentes regiones de España. Habían estado acumulando armas y recibían financiación de grupos similares en Francia.
La Comisaría General de Información se percató de la amenaza a través de la cooperación internacional con otros cuerpos policiales. Hubo alertas sobre comunicaciones y reuniones de miembros de la banda en otros países con residentes en España.
Los agentes también rastrearon la dark web y la deep web, donde detectaron usuarios compartiendo consignas y simbología asociada al grupo terrorista.
En total, se detuvieron a 16 personas, cuyas edades oscilaban entre 30 y 45 años. Entre los detenidos se encontraba el líder del grupo, un individuo con un historial en el movimiento ultraderechista y neonazi, que buscó apoyo en el extranjero para establecer el terrorismo supremacista en España.