Perú vive uno de los momentos más tensos de su historia política en el actual siglo, luego de que el pasado miércoles el Congreso aprobara la moción de vacancia o destitución en contra del entonces presidente Pedro Castillo, horas después de que este mismo saliera en un mensaje televisado a anunciar su decisión de disolver el órgano legislativo.

Si bien la tensión política en Perú viene desde años atrás, llevando a que ese país complete seis presidentes en los últimos cuatro años, el estallido social en Perú ha alcanzado un preocupante nivel luego de que se confirmara no solo la destitución del mandatario por ‘incapacidad moral’, sino también, luego de que este, en su intento por huir a la Embajada de México para solicitar asilo político, lograra ser capturado por las autoridades de su país, y detenido preventivamente, al ser acusado del delito de rebelión.

Si bien un importante sector de la población celebró la destitución de Castillo, y el inicio de una etapa de transición bajo la batuta de la otrora vicepresidente Dina Boluarte, otro sector decidió saltar a las calles en medio de una protesta civil que se ha extendido en los últimos tres días, y que amenaza con seguir radicalizándose y tornándose cada vez más violenta.

En ese sentido, y tras el llamado de algunos sectores a un paro nacional que aboga, además de la liberación de Castillo, por la realización de unas nuevas elecciones generales y la disolución del Congreso, se han conocido imágenes de un grupo de mineros que se movilizan, procedentes de la región de Arequipa hacia la ciudad de Lima para unirse a las protestas.

La información, revelada por la Agencia AFP, también ha sido sustentada en un video difundido este fin de semana por el canal de televisión internacional Telesur, en el que se da cuenta de la magnitud de la movilización de mineros.

Uno de los hechos más importantes en materia de orden público fue el anuncio hecho desde la provincia de Apurimac este fin de semana, en el que grupos sociales han afirmado que esos territorios, que además son cuna de la presidente Boluarte, se han declarado en insurgencia, llamando a entrar en paro desde el próximo 12 de diciembre.

Lo anterior evidencia que las protestas que se han desatado en Perú no tiene cómo único escenario a Lima, sino que distintos focos de insatisfacción se han encendido a lo largo del territorio peruano, donde los informes dan cuenta de la radicalización de la protesta, y de las política de represión que ha emprendido la fuerza pública en pro de acallar las voces de disidencia.

Así, a través de las redes sociales, desde sectores sociales también han denunciado el uso de elementos atípicos e ilegales en la tarea de represión emprendida, como el caso de balines metálicos.

En medio de las protestas, también se ha conocido que un grupo de manifestantes tomó como rehén a un miembro de la fuerza pública, cuya identidad no fue confirmada; su imagen se ha difundido a través de las redes sociales, dando cuenta de la tortura a la que es sometido.

En medio de las protestas, y así como se ha conocido información de la violenta represión, también se han conocido imágenes de la forma en la que los manifestantes han arremetido en contra de los efectivos policiales, razón por la que, a través de sus redes sociales oficiales, la misma institución ha hecho un llamado al respeto y ha rechazado “cualquier acto de violencia que ponga en riesgo la integridad del ser humano”.

Mientras que en ciudades como Lima la insatisfacción social se ha visto representada en marchas de estudiantes, sindicatos, y partidos políticos de izquierda, en las zonas de provincia la desobediencia civil se ha traducido en bloqueo de carreteras.

Si bien las protestas se han recrudecido en lo corrido de los tres últimos días, medios locales en Perú han apuntado que estas tampoco han crecido en número de participantes.

En consecuencia, según han apuntado medios internacionales, instituciones como la Policía, han anunciado la suspensión de vacaciones para su personal, teniendo en cuenta que requieren del mayor pie de fuerza disponible.

Otro de los puntos de protesta se ha ubicado a las afueras del centro de reclusión donde se mantiene recluido el expresidente.