La tormenta Eunice se abatió con violencia el viernes (18 de febrero) sobre el Reino Unido e Irlanda antes de desplazarse hacia el norte del continente europeo, dejando seis muertos e importantes perturbaciones en los transportes.
Cientos de enlaces aéreos, ferroviarios y marítimos fueron cancelados en el noroeste de Europa, debido a los fuertes vientos que superaron récords en el sur de Inglaterra con más de 195 km/h, menos de 48 horas después de la tormenta Dudley, que dejó al menos cinco muertos en el continente.
Un hombre de 60 años falleció en el sureste de la República de Irlanda al ser golpeado por la caída de un árbol, informó la Policía.
Dos personas, una de ellas en un automóvil, murieron por la caída de árboles en Holanda, según los servicios de emergencia locales que elevaron su nivel de alerta al máximo.
En Bélgica, un hombre de 79 años que vivía en un barco en el puerto deportivo de Ypres (oeste) murió al caer al agua, según la prensa.
En Londres, una mujer de unos 30 años falleció por la caída de un árbol sobre su auto y un hombre de unos 50 años murió cerca de Liverpool (norte) cuando su vehículo fue impactado por escombros, según la Policía británica.
En las costas del sur de Inglaterra la tormenta levantó un violento oleaje. Tierra adentro, en Londres, las calles estaban casi desiertas.
“Insto a todos los londinenses a que se queden en casa, no corran riesgos y no viajen a menos que sea absolutamente esencial”, pidió el alcalde Sadiq Khan, advirtiendo de que los “vientos extremadamente fuertes en la capital podrían provocar caída de escombros y daños en los edificios”.
Dominando la ciudad desde la orilla sur del río Támesis, el emblemático London Eye, la rueda más alta de Europa y la tercera mayor del mundo con sus 135 metros de altura, permaneció cerrada por “la seguridad de los visitantes”.
El servicio meteorológico británico había puesto la víspera en alerta roja –el nivel más alto– el suroeste de Inglaterra y el sur de Gales, pero el viernes por la mañana emitió una inhabitual segunda alerta máxima, esta vez para el sureste del país, que por primera vez afecta a Londres desde que en 2011 empezó a utilizarse este sistema.
Más de 70.000 hogares estaban privados de electricidad en Inglaterra y unos 80.000 en Irlanda.
Las autoridades advirtieron del riesgo de graves inundaciones y “riesgo particularmente alto” de accidentes en las autopistas y numerosas escuelas permanecieron cerradas.
“Todos debemos seguir los consejos y tomar precauciones para mantenernos a salvo”, tuiteó el primer ministro Boris Johnson, mientras el secretario de Estado de Seguridad, Damian Hinds, pedía a la población que “se mantenga a salvo”, subrayando que el Ejército estaba listo para hacer frente a los efectos de Eunice, una de las tormentas más violentas en la zona en tres décadas.
Cerca de 130.000 hogares estaban privados de electricidad el viernes en la tarde al norte de Francia, según indicó la red eléctrica Enedis en comunicado.
Con información de la AFP.