Enrarecido, así se encuentra el ambiente en Argentina en medio de las extendidas protestas de transportadores en la provincia de Buenos Aires, quienes han saltado a las calles para protestar por la muerte de uno de sus compañeros, identificado como Daniel Barrientos, quien fue asesinado el pasado lunes en horas de la madrugada.
No obstante, si bien el hecho más grave en el contexto es la muerte de un trabajador de transporte público, la polémica en ese país ha virado hacia uno de los hechos que se ha presentado en medio de la protesta, cuando al intentar mediar frente a los manifestantes, terminó agredido el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni.
A través de las redes sociales circulan videos que dan cuenta de cómo un grupo de manifestantes rodearon al funcionario para increparlo, y en medio del calor de la manifestación y el descontento, terminaron por propinarle algunos golpes que derivaron en heridas abiertas que quedaron en evidencia por una notable hemorragia.
La agresión en contra de Berni se presentó pese a que el funcionario contó con un anillo de seguridad por parte de agentes policiales, y a que algunos de los manifestantes también intentaron contener a sus colegas más agresivos.
Según detallan medios locales en Argentina, este ataque en contra del funcionario incluyó puños, patadas y hasta lanzamiento de objetos contundentes que afectaron la humanidad del delegado gubernamental, quien pese a que era evidente que su vida podría estar en riesgo, se negaba a abandonar el lugar, y su evacuación tuvo que ser forzada por los propios cuerpos de seguridad que emplearon la fuerza para lograr alejarlo de la turba.
La agresión ocurrió a escaso tres minutos de que el funcionario Berni llegara al lugar para intentar entablar un diálogo con los manifestantes, quienes advertían incredulidad en las acciones gubernamentales, denunciando ‘muchas promesas y poco cumplimiento’ por parte del Estado.
En el video de la agresión, se ve cómo tras percatarse de la presencia del funcionario, los manifestantes buscaron acorralarlo, y sin mediar mayores palabras arremetieron violentamente.
Mientras el ministro de Seguridad intentaba entrarse en la manifestación, los participantes en ella repelían su presencia con insultos y golpes que pusieron a prueba el escudo de seguridad de la Policía, en un hecho en el que también estaba presente otro de los ministros del Gobierno provincial; Jorge D’0nofrio, ministro de Transporte .
En medio de la confusión y los golpes presentados en el tenso ambiente, el funcionario lastimado se negaba a abandonar el lugar, afirmando que él había decidido poner a cara, y que ‘no estaba escondiéndose’. La escena estaba marcada por la imagen del funcionario sangrando profusamente, mientras tambaleaba por los golpes que le era asestados, y llamaba al diálogo, explicando que en contextos como el que había detonado las manifestaciones “no hay soluciones mágicas”, por lo que el resultado anhelado es producto de un proceso.
Sin embargo, el llamado de los transportadores se ha resumido en la existencia de tangible negligencia por parte de las autoridades, exhortando a la toma inmediata de medidas para garantizar la seguridad a través del despliegue de un mayor número de efectivos en las calles.
Medios locales advierten que la muerte del transportador en la madrugada del pasado lunes no es la primera, y que el contexto en Buenos Aires también presenta un antecedente similar referido a la muerte de otro trabajador de servicio público 5 años atrás.
Los trabajadores rechazan algunos de los postulados del alto gobierno provincial, y apuntan que la cuestión de la inseguridad en ese territorio no es un tema de ‘percepción’, y que los funcionarios deben salir de las oficinas para conocer la situación real de las calles, advirtiendo que al no hacerlo están gobernando para “una realidad paralela”.
Los manifestantes reclamaron acciones inmediatas, y pidieron al Gobierno dejar de intentar apaciguar el descontento colectivo con promesas y paliativos de corta duración, recordando que si bien ahora están llorando la muerte de uno de sus compañeros, esa no es la única escena e inseguridad, pues hay muchas otras que afectan al gremio pese a no tener desenlaces necesariamente mortales; por fortuna.
En medio de la agresión a Berni, también se presentó otra escena que da cuenta de la situación de diferencia de concepto incluso al interior de los mismos entes gubernamentales, pues, mientras que el funcionario agredido, perteneciente al gobierno provincial insistían en no ser evacuado, la orden de la salida del trabajador oficial fue determinada por su par, el ministro de Seguridad local de la ciudad de Buenos Aires, Eugenio Burzaco, según destacan medios locales.
En medio del proceso de evacuación, Berni debió ser cubierto por los efectivos del a Policía, quienes incluso le obligaron a usar un casco para protegerse de la turba enardecida.
Medios locales han destacado a su vez que Berni no fue el único que resultó lastimado en medio de la confrontación con los manifestantes, pues al igual que él, algunos policías que estaban en el lugar también resultaron heridos; en total 8.
En declaraciones posteriores recogidas por medios locales, el funcionario provincial ha cuestionado a quienes dieron la orden de desalojarlo, y explicó por qué su llamado a los manifestantes insistía en medidas graduales, pues reconoció que Buenos Aires no cuenta con los recursos humanos para emprender la medida exigida y necesaria para combatir la criminalidad. Frente a ello apuntó que “la Provincia no llega ni a la mitad de lo que necesitamos”, al referirse al pie de fuerza para garantizar oportunamente la seguridad.
A través de las redes sociales, internautas también han manifestado indignación frente al actual policial en medio de las acciones para proteger al funcionario provincial.