La ballena beluga, extraída del río Sena, en el norte de Francia, tras permanecer varada durante más de una semana, murió cuando era transportada hacia un lugar donde debía ser tratada, anunciaron este miércoles las autoridades locales.

Un complejo operativo había logrado extraer del agua, el miércoles de madrugada, al cetáceo extraviado lejos de hábitat natural en el Ártico, en el primer paso de una complicada misión para devolverla al mar.

Los 24 buzos y el resto de rescatistas implicados en la operación necesitaron seis horas para conseguir colocar en la red a la beluga en una esclusa en la localidad de Saint-Pierre-la-Garenne, para colocarla primero en una barcaza de agua salada y luego llevarla en un camión hacia el océano.

“A pesar de una operación inédita de salvamento de la beluga, nos entristece anunciar la muerte del cetáceo”, anunció el miércoles la prefectura de Calvados (Normandía, norte de Francia) en Twitter, precisando que fue eutanasiada.

La beluga, de unos 800 kilos, que ya no comía y se encontraba en un estado “alarmante”, había sido levantada en la red con una grúa y colocada en la barcaza, donde fue atendida inmediatamente por una decena de veterinarios.

Durante varios minutos de incertidumbre, el imponente cetáceo se encontró suspendido en el aire, agitando su cuerpo blanco de cuatro metros por encima de las cabezas de los rescatistas.

El animal fue trasladado inmediatamente a un camión refrigerado y transportado hacia la localidad costera de Ouistreham, en el norte, pero antes de llegar ahí los expertos decidieron sacrificarla.

“Lamentablemente el estado del cetáceo se había degradado durante el viaje. Los estudios veterinarios revelaron la situación muy débil, y la actividad respiratoria deficiente de la beluga. Se tomó entonces la decisión colegiada, con los veterinarios, de eutanasiarla”, explicó la prefectura.

“Fuera de lo común”

La oegené conservacionista Sea Sheperd, que asistió a las autoridades francesas durante el operativo, afirmó que “la operación de rescate era riesgosa pero esencial para dar una oportunidad a un animal que de otro modo estaba condenado”. “Tras el deterioro de su condición, los veterinarios tomaron la decisión de eutanasiarlo”, indicó en su cuenta Twitter.

Observada el 2 de agosto en el río Sena, la beluga estaba retenida desde el viernes en una esclusa situada a 70 km al noroeste de París y a unos 130 kilómetros de la desembocadura.

Se ignora cómo llegó hasta allí, dado que las belugas tienen por hábitat las aguas frías del Ártico y aunque en otoño descienden al sur, nunca se aventuran tan lejos.

La situación de la beluga generó un gran interés dentro y fuera de Francia y varias fundaciones, asociaciones y particulares efectuaron donaciones para ayudar a salvarla.

En mayo, una orca se encontró atrapada en el Sena. Las operaciones para salvarla fracasaron y el animal murió de hambre

Según el Observatorio Pelagis, especializado en mamíferos marinos, la población de belugas más cercana se encuentra frente al archipiélago de Svalbard, al norte de Noruega, a unos 3.000 kilómetros del Sena.

Se trata, según esa institución, de la segunda beluga que se reporta en Francia. La primera había llegado al río Loira, en las redes de un pescador, en 1948.

Con información de AFP