Según los oficiales, Scott iba coincidencialmente armado, por lo que abrieron fuego. Con este, 172 personas afroamericanas han muerto a manos de la Policía en 2016. La revuelta dejó decenas de heridos, entre ellos 16 policías, y 44 personas arrestadas, un escenario que recuerda en magnitud a las protestas de Ferguson y que refleja las fisuras internas de Estados Unidos entre un pueblo inconforme y una fuerza policial en la que confía cada vez menos, un hecho diciente en un país que tenía uno de sus pilares principales en el respeto a la autoridad.