La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió mantener el nivel de alerta máxima para la viruela del mono, pese a una pronunciada reducción de casos en Europa y América, indicó el martes 1 de noviembre la entidad.
Pese al avance en la lucha contra esta enfermedad viral, sigue habiendo “motivos de preocupación”, empezando por el registro de nuevos brotes en algunos países, explicó el Comité de Emergencias de la OMS en un comunicado.
Otras razones para no bajar la guardia son la falta de medios de los países pobres o el riesgo de “estigmatizar a las poblaciones de riesgo”, agregaron los expertos, que se reunieron el 20 de octubre. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, activó el 23 de julio su máximo nivel de alerta para tratar de contener la propagación de la viruela del mono.
La enfermedad, que es endémica en países de África occidental, provoca erupciones cutáneas que pueden aparecer en los órganos genitales o en la boca, y ser acompañada por accesos de fiebre, dolores de garganta o de los ganglios linfáticos.
Las autoridades sanitarias constataron a partir de mayo brotes en Estados Unidos y Europa. En la mayoría de los casos, los pacientes son hasta el momento hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres, relativamente jóvenes.
La OMS advirtió desde entonces contra los estigmas y las discriminaciones, e insistió en que la transmisión podía afectar otros sectores de la población. De hecho, se registraron casos de mujeres y niños (fuera de la zona endémica).
Hasta el 31 de octubre, se habían registrado 77.264 casos en 103 países, con un total de 36 muertos, según la OMS. En la semana del 24 al 30 de octubre, el número de nuevos casos se redujo en un 40,7 % en todo el mundo.
Riesgo para los niños
Los niños de ocho años o menos deben considerarse un grupo de alto riesgo de contraer la viruela del mono más grave, según un estudio publicado en la revista científica The Pediatric Infectious Disease Journal, editada por la Sociedad Europea de Enfermedades Infecciosas Pediátricas.
De acuerdo con esta revisión, realizada por la doctora Petra Zimmermann, de la Universidad de Friburgo (Suiza), y el doctor Nigel Curtis, de la Universidad de Melbourne y el Instituto de Investigación Infantil Murdoch (Australia), los niños pequeños serían un grupo objetivo clave para la vacunación contra la viruela y otras medidas urgentes si el brote se extiende.
En el brote actual, el virus de la viruela del mono parece haberse propagado en gran medida por contacto sexual u otro tipo de contacto cercano. Queda por determinar el papel de otras vías de transmisión, como las gotas en las superficies y objetos contaminados.
El brote refleja la baja inmunidad de la población debido a las pobres tasas de vacunación contra la viruela; los virus de la viruela y de la viruela del mono son ambos ortopoxvirus.
La mayoría de los casos de viruela del mono son “autolimitados”, con una erupción que progresa y se resuelve en un periodo de dos a cuatro semanas. Sin embargo, los síntomas pueden ser leves o estar ausentes, lo que da lugar a que no se diagnostiquen y a la posibilidad de una mayor propagación.
A pesar de las bajas tasas registradas hasta ahora en los niños, existe una especial preocupación por las complicaciones y otras consecuencias graves de la viruela del mono en los niños.
“Se ha informado que los niños tienen una mayor tasa de hospitalización y un aumento de la mortalidad, incluso en los países de ingresos altos”, explican los doctores Zimmermann y Curtis.
*Con información de AFP y EP.