El gobierno británico reveló este miércoles su nuevo sistema de inmigración por puntos, un anuncio esperado luego de que el Reino Unido abandonó oficialmente la Unión Europea y cerca del inicio de las negociaciones de aquel país con la comunidad europea. El sistema fue inmediatamente criticado por la oposición y algunos profesionales, que lo ven como un peligro para sectores como la salud o la industria alimentaria.
Las condiciones han generado un gran revuelo, porque supondrían un problema para la contratación de mano de obra no calificada. Para obtener un visado de trabajo a partir del año próximo, una vez finalizado el periodo de transición del Brexit, será necesario demostrar competencias específicas, hablar inglés y contar con una oferta de trabajo con un salario mínimo anual de 20.480 libras (unos 24.600 euros), excluyendo así a los trabajadores poco cualificados o mal pagos. Es cierto que Boris Johnson había coqueteado ya con una política de esta naturaleza, pero las condiciones propuestas por el primer ministro han sido más radicales de lo esperadol. La ministra del Interior del gobierno de Johnson, Priti Patel, calificó estas reformas como "firmes y justas", y declaró que este sistema facilitará la obtención de visas a los trabajadores altamente cualificados. "Nuestra economía ya no dependerá de la mano de obra barata proveniente de Europa, sino que se concentrará más en la inversión en tecnología y automatización", destacó en el documento que detalla las medidas, y solicita a los empleadores "adaptarse" a éstas.
Este plan requiere a cada trabajador extranjero acumular un mínimo de 70 puntos para obtener un permiso de trabajo, a medida que cumple determinados requisitos, que han generado serias inquietudes en los sectores profesionales que dependen de trabajadores poco cualificados o mal pagados. Una funcionaria responsable en el principal sindicato del sector público, Christina McAnea, señaló que estas medidas "causarán un desastre absoluto en el sector de la salud", puesto que no se dispondrá de personal suficiente en el Reino Unido. En cuanto al sector agroalimentario, la presidenta del Sindicato Nacional de agricultores, Minette Batters, aseguró que la "automatización aún no es una opción viable (...) por lo que generará graves consecuencias para el sector". *Con información de AFP