El primer viaje al extranjero del rey Carlos III de Inglaterra la próxima semana podría enfrentarse a calles llenas de basura, huelgas de transportes y perturbaciones de su visita a una Francia en pleno conflicto social por una impopular reforma.
En una muestra de que su agenda aún está en el aire, un asesor del presidente francés, Emmanuel Macron, que pidió el anonimato, dijo a AFP este miércoles 22 de marzo que el “programa aún está siendo elaborado por ambas partes”.
La gira prevista por el soberano británico, pensada como una declaración de amistad a ambos lados del Canal de la Mancha, llega con Francia sumida en protestas masivas contra el retraso de 62 a 64 años de la edad de jubilación.
Miles de toneladas de basura se han amontonado en las calles de París, donde Carlos llegará el domingo 26 de marzo con la reina consorte Camila, mientras que los sindicalistas han advertido que podrían perturbar su etapa en Burdeos (suroeste).
El proyecto de agenda del monarca en la ciudad vinícola incluye un trayecto en tranvía y una visita al ayuntamiento, donde se produjeron choques la semana pasada, en la agenda. “Es casi seguro que el rey no podrá tomar el tranvía”, dijo Pascal Mesgueni, del sindicato CFTC, al diario local Sud Ouest.
El operador de transporte urbano Keolis alertó de posibles “interrupciones relacionadas con las protestas contra la reforma de las pensiones”. Los sindicatos han convocado una huelga nacional en Francia este jueves, pero se desconocen sus planes para la próxima semana.
Una fuente de la rama de ferrocarriles de la central CGT declaró que “habrá acciones en torno a la visita” real, en medio de especulaciones sobre la posibilidad de que el monarca, de mentalidad ecologista, decida tomar el tren entre París y Burdeos. Tampoco están claras todavía las condiciones para los periodistas franceses que deseen cubrir el viaje, algo poco habitual en una visita de tanto interés diplomático y público.
“Monarca republicano”
El viaje se produce en un momento muy incómodo para Macron, de 45 años, que recibirá a Carlos III en un banquete de Estado en el Palacio de Versalles, a las afueras de la capital. El palacio está grabado a fuego en las mentes de los franceses como la sede del difunto rey Luis XVI, que fue trasladado a París durante la Revolución Francesa en 1789 y guillotinado cuatro años después.
Los detractores de Macron suelen acusarlo de autoritario o de gobernar como un “monarca republicano” y la adopción por decreto de su reforma de las pensiones los reafirmó en esa visión. La diputada ecologista Sandrine Rousseau criticó así que “Macron, el monarca republicano, vaya a recibir Carlos III, (...) mientras la población en la calle se manifiesta”.
“¿Es realmente la prioridad recibir a Carlos III en Versalles? ¡Por supuesto que no! (....) La prioridad es discutir con esta sociedad que se levanta”, agregó en declaraciones a los medios BFMTV y RMC.
Después de Francia, está previsto que Carlos y su esposa viajen a Alemania. La elección de las dos naciones europeas se percibió como un intento de tender puentes entre el Reino Unido y sus mayores socios europeos tras años de tensión por el Brexit.
Según la agenda facilitada por el Palacio de Buckingham, Carlos tiene previsto participar en una ceremonia en el Arco del Triunfo junto a Macron el lunes y dirigirse a los legisladores en el Senado francés. Durante su estancia en Burdeos, también tiene previsto visitar un viñedo ecológico y una zona devastada por los incendios forestales durante el pasado verano boreal.
Con información de AFP.