El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió el lunes a Europa, un lugar donde ha tensado amistades históricas e insultado a sus anfitriones en visitas anteriores. En esta ocasión encontrará a un aliado sumido en la incertidumbre y una llamada global a renovar los pactos democráticos. La agenda para el viaje de una semana combina la ceremonia y los actos oficiales: una visita de estado y una audiencia con la reina Isabel II en Londres, té con el príncipe Carlos, ceremonias de recuerdo del Día-D a ambos lados del Canal de la Mancha y su primera visita presidencial a Irlanda, que incluirá una estancia en su club de golf en la costa. Le recomendamos: Robert Mueller defendió su informe y enfatizó que no exonera a Trump Sin embargo, el presidente llegó en un momento complicado, coincidiendo con una nueva oleada de llamadas a impugnarle en su país y con la incertidumbre al otro lado del Atlántico. La primera ministra británica, Theresa May, dejará el cargo apenas unos días después de la visita de Trump, y se espera que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, aproveche el 75 aniversario de la batalla que cambió el rumbo de la Segunda Guerra Mundial para pedir que se refuercen los lazos multinacionales que el mandatario estadounidense ha debilitado. Trump contra Londres El avión de Trump aterrizó en el aeropuerto londinense de Stansted. Incluso antes de que tocase tierra, el mandatario mandaba uno de sus incendiarios tuits atacando en términos muy duros al alcalde de la capital británica, el laborista Sadiq Khan. "Sadiq Khan que ha hecho un trabajo horrible como alcalde de Londres, ha sido tontamente ‘asqueroso‘ con el presidente de Estados Unidos, con mucho el aliado más importante del Reino Unido", escribió. "Es un fracasado total que debería centrarse en el crimen en Londres, no en mí", subrayó. Khan había criticado en días previos que el Reino Unido "desplegase la alfombra roja" para recibir al presidente estadounidense en un viaje que incluye encuentros protocolarios con la reina en el Palacio de Buckingham. E incluso comparó el domingo, en un artículo publicado en el diario The Observer, el lenguaje de Trump con el de "los fascistas del siglo XX", poniéndolo en el mismo grupo que los extremistas europeos Viktor Orban en Hungría, Matteo Salvini en Italia, Marine Le Pen en Francia y Nigel Farage en el Reino Unido. Trump dijo que no tenía interés en conocer a Khan y “no tengo buena opinión de él”. También dijo que era “el gemelo” del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, uno de los aspirantes a la candidatura demócrata para las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos. Los partidarios de Khan han acusado a Trump de ser racista con el primer alcalde musulmán de Londres. El presidente estadounidense, de 72 años, aseguró sin embargo estar "deseando ser un gran amigo del Reino Unido" y el inicio de su primera visita de Estado al país, tras un intento precedente que en julio pasado acabó en una simple visita de trabajo debido a masivas protestas, en que decenas de miles de británicos lo calificaron de "misógino, homófobo, xenófobo". Relación comercial bajo presión Esencial para Reino Unido tras el brexit, la relación comercial con Estados Unidos seguirá ocupando gran parte de las conversaciones de Trump durante los tres días. El mandatario afirmó este martes, en el segundo día de su visita de Estado a Reino Unido marcado por las protestas, confiar en que ambos países alcancen un gran acuerdo comercial tras el brexit. Tras los actos protocolarios de la víspera, Trump pasó a la política en la segunda jornada de su visita de Estado a Gran Bretaña. El dirigente instó a la cuestionada primera ministra, Theresa May, a “quedarse” para cerrar el acuerdo comercial entre ambas naciones, que se suma a la reciente incertidumbre en torno a la larga relación de los dos aliados. Puede leer: Huawei, contra las cuerdas: ¿quién pierde más? Trump, cuyos elogios a May se producen tras días alabando a sus posibles sucesores, se reunió con la primera ministra y líderes empresariales de ambos países, en una jornada de negociaciones que culminará con una conferencia de prensa por la tarde. La prioridad de los mandatarios es el posible acuerdo de comercio bilateral que entraría en vigor, si llega a hacerlo, una vez Gran Bretaña abandone la Unión Europea. May abandona sus responsabilidades por su incapacidad para asegurar la aprobación del acuerdo del brexit que negoció con Bruselas. El viernes, pocos días después de que Trump regrese a Washington, May dimitirá como líder del Partido Conservador, aunque seguirá fungiendo como primera ministra interina hasta que se elija a un sucesor. Aunque ha sido muy crítico con ella en el pasado, Trump solo tuvo buenas palabras para la mandataria el martes y le pidió que siguiese en el cargo para "cerrar este acuerdo”. "Creo que tendremos un acuerdo comercial muy, muy importante”, dijo Trump, exaltando sus beneficios para los dos países. "Creo que esto es algo que los dos queremos hacer (...) vamos a hacerlo”. La sala respondió al llamado de Trump a que May siga en el cargo riendo entre dientes. "Creo que tendremos un acuerdo comercial muy, muy sustancial", afirmó Trump en el inicio de una reunión con empresarios británicos y estadounidenses en compañía de la primera ministra Theresa May. "Lo vamos a hacer", agregó. Alabando la "gran alianza" entre ambos países, May subrayó por su parte creer "que podemos hacerla aún más grande" gracias a un gran acuerdo bilateral "con una cooperación económica más amplia, y continuando con nuestro trabajo conjunto para apuntalar, moldear e influenciar la economía global y sus reglas e instituciones". Le sugerimos: De fracaso en fracaso: Theresa May se va sin Brexit May fue la primera líder extranjero recibida en la Casa Blanca tras la victoria electoral de Trump, pero la relación entre ambos está lejos de ser perfecta: Reino Unido defiende el acuerdo nuclear con Irán y el acuerdo sobre el clima de París, ambos denunciados por Washington. El mandatario estadounidense ha criticado varias veces la estrategia negociadora de la primera ministra con Bruselas y presiona a Reino Unido para que excluya al gigante tecnológico chino Huawei de su red 5G por motivos de seguridad, sugiriendo que no hacerlo podría dañar la cooperación de inteligencia entre ambos países. Un alto cargo del gobierno británico afirmó el martes a The Times que May "no se disculpará" por haber decidido, según la prensa, permitir que Huawei construya partes no vitales de la próxima generación de internet móvil del país. "Baby Trump" en las protestas Si la víspera, primera jornada de esta visita de Estado de tres días, estuvo casi exclusivamente dedicada a la familia real, con recibimientos protocolarios por la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, este martes es el día de los encuentros políticos y las protestas. Marcando el tono, los manifestantes convocados por diversas organizaciones de defensa de los derechos humanos, la lucha contra el cambio climático o contrarios a la guerra comenzaban a congregarse por la mañana frente al Parlamento británico con pancartas que decían "Boten a Trump". Una cuenta atrás precedió al alzamiento de un enorme globo representando a un furioso bebé Trump de color naranja y con pañales, que ya había hecho furor en las multitudinarias manifestaciones del año pasado con ocasión de una visita de trabajo del presidente estadounidense. Puede interesarle: Theresa May anuncia su dimisión, derrotada por un Brexit imposible Otra figura satírica, un muñeco gigante que representa a un Trump tuiteando con su celular mientras está sentado en el retrete con los pantalones bajados, fue alzada en la céntrica Trafalgar Square, otro de los puntos de la protesta, a la que por la tarde debía dirigirse el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, quien la víspera boicoteó el banquete oficial en honor del mandatario estadounidense. Ofrecer algo a cambio Tras el referéndum de junio de 2016, en que 52% de británicos votó a favor del Brexit, Reino Unido debía haber abandonado la Unión Europea el pasado 29 de marzo. Pero ante el tozudo rechazo del parlamento británico al acuerdo de divorcio firmado por May con Bruselas en noviembre, esa fecha tuvo que ser aplazada dos veces, ahora hasta el 31 del octubre. Cada vez más debilitada por los ataques de los euroescépticos en el seno de su Partido Conservador, que la acusan de haber hecho concesiones inaceptables a la UE, May anunció hace diez días que renunciaría el 7 de junio, este viernes, abriendo la vía para la elección de otro líder. Uno de los motivos defendidos por los partidarios del brexit para salir plenamente de la Unión Europea es poder firmar acuerdos de libre comercio con terceros países. Y tienen sus esperanzas puestas en su gran aliado del otro lado del Atlántico, el mayor socio comercial de Reino Unido en el mundo cuyos intercambios bilaterales crecieron más de un 70% en la última década y alcanzaron 190.000 millones de libras (unos 240.000 millones de dólares) el año pasado. Le recomendamos: Nacionalismo: estrategia para poner a los chinos en contra de Estados Unidos Pero los deseos de Trump de un acuerdo "sustancial" llegan rodeados de polémica después de que su embajador en Londres, Woody Johnson, sugiriese el domingo que Reino Unido tendría que permitir la entrada en su mercado de productos agrícolas estadounidenses como el pollo con cloro y autorizar al sector privado del país participar en su servicio público de Sanidad. Tras la reunión con empresarios, el presidente estadounidense y la premier británica mantendrán una reunión bilateral en Downing Street, que contará con la presencia, entre otros, del ministro británico de Comercio Internacional, Liam Fox, quien reconoció en declaraciones a la BBC que si Reino Unido quiere un acuerdo comercial con Estados Unidos "tendremos que ofrecer algo a cambio". Con información de AFP y AP.