Ya van 12 días desde que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó que las Fuerzas Militares de su país invadieran Ucrania. De acuerdo con el primer mandatario ruso, este ataque, que inició por la región del Donbás de mayoría prorrusa, obedece a una estrategia de defensa nacional, ya que la posible incorporación de los ucranianos a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), de la que forma parte Estados Unidos, representaba para él una “clara amenaza” a la soberanía de Rusia.
Por esto, antes de que Ucrania se uniera a esa organización y de que colocara bases en el país del oriente europeo, el Kremlin (Gobierno ruso) decidió invadirlo para contrarrestar lo que vieron como una “amenaza”.
Así, desde que inició la guerra (el 24 de febrero), ya son más de 360 las personas que han muerto víctimas de los ataques rusos en Ucrania. Así lo informó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) por medio de un informe publicado el pasado domingo.
De acuerdo con la información suministrada por esa oficina de la ONU, “desde el 24 de febrero hasta el 5 de marzo, el Alto Comisionado ha registrado 1.058 bajas civiles en Ucrania: 364 muertos y 759 heridos”.
Sin embargo, esta cifra de heridos y muertos podría aumentar considerablemente en las próximas horas y días, teniendo en cuenta que Putin, en lo que varios expertos han considerado como una medida desesperada, pidió la ayuda del régimen del dictador Bashar al Assad en Siria para el envío inmediato de algunas tropas de ese país que puedan colaborar en la invasión a Ucrania.
De acuerdo con un artículo del Wall Street Journal (WSJ), las unidades de inteligencia de Estados Unidos tienen información de primera mano que confirma la solicitud realizada por el Kremlin a un régimen que desde hace diez años es uno de los principales protagonistas de la guerra civil siria, y en la que Rusia participa en apoyo a Al Assad desde 2015.
De hecho, la situación de urgencia reportada por Moscú habría sido tal, que, según informa el medio estadounidense, ya habría soldados sirios en territorio ruso, con el fin de atender indicaciones y presentarse en el campo de batalla en Ucrania.
Asimismo, el WSJ informó, citando una publicación originaria de Deir Ezzor, una de las principales ciudades de Siria, que el Gobierno ruso estaría ofreciendo un pago que oscila entre los 200 y 300 dólares para que cada soldado trabaje para el Kremlin por un lapso de seis meses.
“El despliegue de Rusia de combatientes extranjeros de Siria a Ucrania internacionaliza la guerra de Ucrania y, por lo tanto, podría vincular la guerra en Ucrania con dinámicas interregionales más amplias, particularmente en el Medio Oriente”, dijo Jennifer Cafarella, una becaria de seguridad nacional del Instituto para el Estudio de la Guerra en Washington D. C.
De acuerdo con declaraciones citadas por el WSJ, para Cafarella este tipo de estrategias podría convertir la guerra en Europa oriental en algo así como un “centro de gravedad” para los mercenarios que decidan vender sus servicios al mejor postor, que en este caso sería Rusia.
Cabe recordar que la república federada de Chechenia, que es parte de lo que se conoce como sujetos federales de Rusia, también envió tropas para que puedan pelear como aliadas de Putin, en medio del conflicto contra los ucranianos. Así lo mostró el presidente checheno Ramzán Kadyrov, por medio de una serie de videos que compartió en redes sociales en los que se observa la participación de soldados de su república en este conflicto bélico.
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