Es natural que el Parlamento ruso haya explotado en aplausos cuando se conoció el resultado de las elecciones. También, que Vladimir Putin haya sido uno de los primeros líderes que llamó al magnate para felicitarlo. Pues durante toda la campaña, Trump puso como ejemplo el liderazgo del líder ruso. También, dijo que durante su Presidencia no buscaría que los regímenes autoritarios respeten los derechos humanos. Pero sobre todo, dijo que Estados Unidos no estaba en la obligación de defender a sus aliados de la Otan y que las tropas norteamericanas debían retirarse del mundo.Y esas son excelentes noticias para el Kremlin. Por un lado, desde la guerra de Georgia en 2008 este está buscando expandir sus zonas de influencia en los países que antes pertenecieron a la Unión Soviética y al Pacto de Varsovia. Por el otro, desde hace dos años y medio mantiene un duro pulso con Occidente por cuenta de la guerra de Ucrania. La llegada de Trump significa que de ahora en adelante Putin podrá realizar esas intervenciones sin temer las represalias internacionales. De cualquier modo, Rusia no fue un invitado de piedra en estas elecciones. Así lo afirmó el miércoles el vicecanciller de ese país, Sergei Ryabkov confirmó las sospechas de los demócratas al reconocer que su país había estado en contacto con la campaña de Trump. Para no hablar de que el FBI aseguró hasta la saciedad que hackers rusos suministraron correos de Hillary Clinton para publicarlos en momentos estratégicos.