Tras la erupción del volcán Wolf en la isla de Galápagos, Ecuador, que se registró el pasado viernes, las autoridades ambientales de ese país señalaron que los flujos de lava se encuentran a cinco kilómetros de la costa.
De acuerdo con el ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Gustavo Manrique, que realizó un sobrevuelo a la isla, hasta el momento el recorrido que han tenido esos fluidos supera los 15 kilómetros camino a la costa.
“La dirección que han tomado los flujos de lava y el desarrollo general de la erupción nos permite señalar que la población de iguana rosada se mantiene fuera de peligro”, señaló el funcionario.
Indicó que este material volcánico se ha desplazado por antiguos campos de lava de erupciones anteriores y vegetación de la zona árida en la que predominan bosques de palosanto, chala, romerillo y otras especies de flora nativa y endémica.
“En la zona de impacto de la erupción existe muy poca fauna emblemática; sin embargo, las especies han evolucionado con estos procesos naturales que son parte de la dinámica normal de los ecosistemas en Galápagos”, insistió.
Reiteró que la iguana rosada que habita la isla y considerada una especie única en el mundo, está lejos del peligro que supone la erupción y que estos procesos naturales dieron origen a las islas Galápagos y continúan a lo largo del tiempo.
“Cuando el presidente Guillermo Lasso creó la nueva Reserva Marina en Galápagos, nos planteamos conservar 198000 km2 de montes submarinos creados históricamente por erupciones volcánicas. En el Gobierno del Encuentro, trabajamos por la efectiva Transición Ecológica en el Ecuador”, indicó.
Entre tanto, el director del Parque Nacional Galápagos, Danny Rueda, recordó que “las poblaciones de iguanas, tortugas y aves se encuentran al norte del volcán, donde históricamente se ha registrado menor actividad volcánica”.
El funcionario señaló que tras conocerse la erupción un equipo de ocho guardaparques y científicos que se encontraba en Wolf, ejecutando un trabajo de campo con las iguanas rosadas, “confirmó que el área de vida de estas especies se encuentra lejos de la erupción y la zona de impacto, por lo que no se considera adoptar medidas adicionales para protegerlos”.
El volcán entró en erupción la madrugada del viernes pasado cuando se produjo, según el Instituto Geofísico, una fisura al sur del volcán expulsando una nube de gas y ceniza que alcanzó casi 3.800 metros de altura sobre el nivel del mar.
En el norte de la isla Isabela, la más grande de Galápagos, está el volcán Wolf, separado por unos 100 kilómetros de los asentamientos humanos. Pero en sus faldas alberga a las iguanas rosadas (Conolophus marthae), especie única en el mundo.
La zona también es hábitat de iguanas amarillas (Conolophus subcristatus) y tortugas gigantes (Chelonoidis becky).
“No existen poblaciones cercanas al volcán ni en la dirección de las nubes de ceniza”, confirmó la entidad.
En constante formación
“Las islas Galápagos están en constante formación”, dijo el ministro ecuatoriano del Ambiente.
En el mismo comunicado del PNG, el funcionario añadió que “las erupciones volcánicas son uno de los mayores atractivos que posee (el archipiélago)porque nos permiten experimentar de cerca el poder de la naturaleza”.
La anterior actividad del volcán Wolf, el más alto de Galápagos, se produjo en 2015, cuando erupcionó después de 33 años de inactividad sin afectar a la principal fauna.
El PNG indicó en agosto pasado que tras una expedición al Wolf contabilizó 211 ejemplares de iguanas terrestres rosadas, que en 2009 fueron presentadas como especie nueva. Los animales ocupan de manera exclusiva una zona de 25 km2.
Las islas Galápagos, de origen volcánico, localizadas a 1.000 km frente a la costa de Ecuador y que toman el nombre de sus tortugas gigantes, fueron el laboratorio natural del científico inglés Charles Darwin para su teoría sobre la evolución de las especies, en el siglo XIX.
En Isabela también están los volcanes Darwin, Alcedo, Cerro Azul y Sierra Negra, todos activos.
El archipiélago está situado a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas y fue declarado en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.
*Con información de AFP.