Este jueves 26 de mayo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, continuó con sus acusaciones de “genocidio” contra Rusia. Lo hizo, señalando que el país euroasiático estaba vulnerando la zona del Donbás, la región del este del país donde se centran actualmente los combates, hasta el punto de cometer la masacre señalada.
“La actual ofensiva de los ocupantes en el Donbás podría dejar la región inhabitada”, fueron las palabras de Zelenski en su discurso televisivo cotidiano, acusando a las fuerzas rusas de querer “reducir a cenizas” varias ciudades de la región.
Para el presidente ucraniano, Rusia ejerce la “deportación” y “los asesinatos en masa de civiles” en el Donbás. “Todo esto (...) es una política evidente de genocidio desempeñada por Rusia”, insistió en medio de su discurso.
Las declaraciones de Zelenski se contraponen con las acusaciones de Moscú, que justificó su invasión asegurando que los ucranianos eran los que estaban cometiendo un “genocidio” contra la población rusoparlante del Donbás.
Sin embargo, esta cuenca minera en el este de Ucrania, formada por las regiones de Donetsk y Lugansk, es escenario de una guerra desde 2014 entre las autoridades de Kiev y separatistas prorrusos, que, por el momento, también ha sido el fuerte de batalla de ambos ejércitos, dejando cientos de víctimas a su paso.
En abril, el Parlamento ucraniano ya había adoptado una resolución calificando de “genocidio” la actuación del ejército ruso en su territorio y urgió a países terceros y organizaciones internacionales a hacer lo mismo.
El presidente estadounidense, Joe Biden, en abril, también había usado este término, al igual que los primeros ministros de Reino Unido y Canadá. Juristas consultados por AFP entonces se mostraron más prudentes sobre calificar la situación en suelo ucraniana como genocidio.
Ante las declaraciones del presidente de Estados Unidos sobre la comisión de un “genocidio” en Ucrania, el kremlin afirmó que estas “distorsionaban” la situación. El portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, condenó las palabras de Biden e incidió en que el gobierno ruso está “categóricamente en desacuerdo”.
“Consideramos inaceptable intentar tal distorsión de la situación (...) esto es difícilmente aceptable para el presidente de Estados Unidos”, agregó Peskov, que ha remarcado que el país norteamericano “ha cometido hechos bien conocidos en el curso de la historia moderna y reciente”, según recogió la agencia de noticias rusa Interfax.
La exigencia de Rusia a Ucrania para que acepte la independencia de Crimea
El Kremlin indicó este jueves en rueda de prensa que Rusia le exige a Ucrania que acepte la independencia de la península de Crimea, anexionada en 2014.
De acuerdo con el Kremlin, Rusia espera que Ucrania tome consciencia de la “situación real” que se ha creado en la actualidad sobre el terreno y ceda a las exigencias, de modo que se pueda negociar un alto el fuego.
“Moscú espera de Kiev que acepte sus exigencias y tome consciencia de la situación real, la que existe de facto en la actualidad”, indicó en rueda de prensa Dmitri Peskov, portavoz de la Presidencia rusa.
A propósito, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, apeló a la “autoconfianza” y la unidad de Occidente para tomar medidas frente a la invasión rusa e instó también a los gobiernos aliados a asumir que “Ucrania es parte de su mundo”.
Zelenski tomó la palabra de nuevo en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) para admitir que Ucrania depende en gran medida del apoyo militar y financiero de esos gobiernos, a los que ha emplazado a no tener miedo de Rusia, según un comunicado de la Presidencia.
*Con información de AFP.