Hace un par de semanas, la expresidenta y actual vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, sufrió un atentado en el que Andrés Sabag apuntó un arma contra la líder de izquierda, en un claro intento de asesinato. Desde entonces, las revelaciones sobre los detalles de la planificación del hecho han sacudido a la opinión pública.
En la tarde del jueves 15 de septiembre, la justicia argentina pidió la prisión preventiva para Andrés Sabag y Brenda Uliarte, novia del autor del atentado. Todo bajo el cargo de intento de homicidio calificado agravado por el uso de armas, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas. Según la magistrada que tomó la decisión, no existe ninguna duda que tenían la intención de asesinar a Fernández de Kirchner.
Con la captura de los dos implicados, la justicia ha podido reconstruir la cronología de los hechos y de cómo se planeó el atentado. Uliarte había conseguido una pistola de manera legal, según los chats de ella, la compró porque su exnovio la estaba molestando. Pero un par de meses después, le dijo a su amiga Agustina Díaz sus intenciones de atacar a la expresidenta. “Voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina… me dan los ovarios para hacerlo… el tema es cómo, porque la vieja tiene seguridad”.
Desde julio, fecha de ese mensaje, era claro que Uliarte, conocida por sus amigos por ser antikirchnerista, tenía toda la intención de realizar el atentado, que terminó ejecutando su novio, el cual, según distintas revelaciones, no tenía una intención política definida del todo, pero quería hacerse famoso a como diera lugar.
El 27 de agosto, Sabag tenía la intención de atentar contra Fernández de Kirchner, pero la vicepresidenta tenía mucha seguridad y hubo cambios imprevistos en la salida de la exmandataria a la calle, lo cual evitó que le dispararan. Según los peritos judiciales, Sabag era influenciado por Uliarte, que sería la gran autora intelectual del atentado.
“Hoy me convierto en San Martín, voy a mandar a matar a Cristina (...) Qué hija de puta, se metió adentro antes de que le meta el tiro”, le dijo Uliarte a Agustina Díaz, que luego le preguntó que cuánto le habían cobrado por atentar contra Fernández, a lo cual respondió que nada porque también era opositor a la vicepresidenta. “Te juro que a esa la voy a bajar. Me tiene repodrida que ande robando y quedé impune”, dijo la implicada en los chats recopilados por la justicia.
El primero de septiembre fue el segundo intento de Sabag y Uliarte para intentar asesinar a la vicepresidenta. El hombre llevaba una pistola Bersa calibre 32, y si bien el arma era totalmente funcional, la bala que intentó disparar no entró en la recámara y por eso fracasó el atentado. Su novia, mientras tanto, se mantenía cerca y después de la detención del sospechoso huyó, haciéndose la desentendida.
Después del hecho, Uliarte y Agustina Díaz, de la cual se sospecha que realmente era amante de la implicada, volvieron a hablar, mostrando preocupación por la situación y lo que pudiera pasarles a ambas. “El tema es que le van a peritar el celular y si hay alguna evidencia de que vos sabías lo que él iba a hacer. Y te contentaste”, dice Díaz, que como última recomendación le pide botar su celular, cambiar de número y borrar todos los detalles comprometedores.
Por ahora, Brenda Uliarte reconoció que ordenó el asesinato de Cristina Fernández de Kirchner y que tenía un plan para huir del país una vez el atentado se concretara, a lo cual la justicia parece tener contundencia contra los sindicados. “Actuaron con cautela para poder sorprender a la custodia de Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, disimulándose entre la gente y ocultando el arma de fuego para no ser advertidos, y poder asegurar su cometido”, dijo la juez que ordenó la detención.