La embajada de Estados Unidos en Caracas consideraba que Eligio Cedeño era un banquero corrupto, pero recomendó a Washington que evaluara su solicitud de asilo en virtud de la poca independencia de los poderes públicos venezolanos y la erosión del debido proceso en su caso.   Para la fecha que el embajador Patrick Duddy hizo esa sugerencia —17 de diciembre de 2009— el empresario estaba en libertad condicional desde el 10 de diciembre gracias a una decisión de la jueza María Lourdes Afiuni, quien consideró que podía esperar en libertad la audiencia preliminar de su caso. Antes de salir a la calle le retuvieron el pasaporte y le ordenaron presentarse cada quince días en el tribunal, pero Cedeño aprovechó para viajar a Estados Unidos, donde posteriormente solicitaría asilo.   Detenido desde febrero de 2007 en los calabozos de la policía política, este empresario estaba acusado de distracción de recursos financieros por el caso Microstar. Cedeño era el presidente del Banco Canarias. A través de esa institución, el representante del consorcio Microstar, Gustavo Arráiz, solicitó 27 millones de dólares para importar computadores con divisas preferenciales. La fiscalía descubrió irregularidades en el procedimiento y los imputó a ambos.   Cedeño estuvo preso dos años y diez meses sin que se iniciara el juicio. Su presentación en tribunales fue diferida en varias ocasiones. La defensa alegaba que él no podía estar detenido más de 24 meses sin que se celebrara la audiencia preliminar, pero el Estado aseguraba que ese plazo se podía extender hasta julio de 2010. Una corte falló a favor de la fiscalía.   Un poco de todo   Parte de la oposición venezolana consideraba que era un preso político, mientras que el gobierno opinaba que era un corrupto que debía pagar sus fechorías en la cárcel. La fuerza de ambos argumentos en la opinión pública atentaba contra la compresión global de su historia.   En realidad, para la embajada ambas versiones eran ciertas. El caso de Cedeño estaba plagado de irregularidades, sí, pero los diplomáticos habían recibido información que lo vinculaba “con actividades criminales incluyendo la compra ilícita de dos bancos”. En Venezuela a muchos analistas y periodistas les extrañaba que un joven de origen humilde hiciera tan rápida fortuna.   Era larga la lista de especulaciones, todas recogidas por la misión estadounidense, que mantendrían preso a Cedeño sin juicio: el financiamiento de la fuga del líder sindical Carlos Ortega, uno de los responsables del paro de la industria petrolera en diciembre de 2002; la ayuda económica al líder estudiantil Julio César Rivas para protestar contra el gobierno y hasta la supuesta relación sentimental que Gustavo Arráiz, a quien la embajada identifica como socio del banquero, mantenía con una de las hijas del mandatario Hugo Chávez. “Ese vínculo podría contribuir a los inflexibles puntos de vista del Presidente en este caso”, escribió el embajador Patrick Duddy.   La llegada de Cedeño a Miami le presentaba al gobierno venezolano una nueva oportunidad para polemizar con Washington. Los gringos estaban conscientes de ello. Además, la fuga del empresario coincidía con la intervención de varios bancos privados con problemas de liquidez. Estados Unidos creía que al menos siete banqueros relacionados con las intervenciones estaban en Estados Unidos. Por esa razón la embajada pidió al Departamento de Estado evitar declaraciones sobre las particularidades de cada caso para no darle a Venezuela la oportunidad de decir que Washington estaba “en connivencia con banqueros corruptos” y centrar sus comentarios en los asuntos medulares por los que se concedería un asilo: la politización del Poder Judicial o la falta de independencia de los poderes públicos.   “Tales declaraciones se pueden utilizar para apoyar los potenciales pedidos de asilo”, agregó Duddy.   En diciembre de 2009 Venezuela solicitó la extradición de Cedeño. El presidente Chávez comparó esa gestión con la que hiciera por el anticastrista Luis Posada Carriles, acusado de volar en 1976 un avión de Cubana de Aviación. Pero el empresario no ha vuelto a Venezuela. En mayo de 2011 recibió asilo político en Estados Unidos.   * El trabajo periodístico de revisión de los cables de WikiLeaks sobre Venezuela, fue hecho entre SEMANA y el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela. Su publicación, se hace de forma simultánea en Semana.com y en Arman-do.info En documentos relacionados vea los cables que sirvieron de soporte para esta nota.