La plataforma social X, antes conocida como Twitter, demandó a un grupo de investigadores alegando que su trabajo, que llama la atención sobre el incremento del discurso de odio en la red social, le ha costado a la empresa millones de dólares en ingresos publicitarios.
La demanda, presentada en el Tribunal del Distrito del Norte de California, acusa a la organización no gubernamental Center for Countering Digital Hate de violar las condiciones de servicio de X al recopilar de forma indebida grandes cantidades de datos para su análisis.
La denuncia sostiene también, sin ofrecer evidencia, que el grupo está financiado por Gobiernos extranjeros y medios que ven a X como un competidor.
La batalla legal entre la empresa tecnológica, que fue adquirida por Elon Musk el año pasado, y la organización podría tener importantes implicaciones para un creciente número de investigadores y grupos activistas que buscan ayudar a la población a entender cómo las redes sociales están dando forma a la sociedad y la cultura.
Con oficinas en Estados Unidos y Gran Bretaña, el centro publica regularmente reportes sobre discursos de odio, extremismo y comportamientos nocivos en plataformas de sociales como X, TikTok o Facebook.
La organización ha publicado varios informes críticos con el liderazgo de Musk, detallando el incremento del discurso de odio contra la comunidad LGBTQ, además de la desinformación climática desde que adquirió la empresa.
En su demanda, X alega que el grupo violó sus condiciones de servicio al sacar automáticamente grandes cantidades de datos del sitio sin el permiso de la empresa. Además, sostiene que el centro accedió de forma inapropiada a datos internos de Twitter utilizando credenciales que obtuvo de un empleado en otra empresa que tiene una relación comercial con X.
Sin identificar a ningún individuo o compañía, la demanda dice que el centro recibe financiación de Gobiernos extranjeros así como de organizaciones vinculadas a “medios de comunicación tradicionales” que ven a X como rival.
El trabajo de la organización le ha costado a X decenas de millones de dólares en ingresos de publicidad perdidos, apuntó la demanda.
En respuesta a esta acción legal, Imran Ahmed, fundador y director general del grupo, defendió su trabajo y acusó a Musk de utilizar la denuncia para silenciar las críticas a su liderazgo, así como la investigación sobre el papel que juega X en la propagación de desinformación y discursos de odio.
“Musk está tratando de ‘disparar al mensajero’ que denuncia el contenido tóxico de su plataforma en lugar de lidiar con el ambiente tóxico que ha creado”, indicó Ahmed.
Un vocero del grupo apuntó que el Centro no recibe financiación de ninguna entidad gubernamental o empresa tecnológica que pudiese ser considerada competencia de X.
La triste realidad del pájaro azul de Twitter; puede tener el mismo final que el de la red social
Lo que muchos conocían como Twitter ahora está bajo el nombre de X, luego de que el magnate Elon Musk acabara para siempre con el tradicional pájaro azul que la identificó, desde su nacimiento en 21 de marzo de 2006.
Aunque tuvo variaciones pequeñas, la popular ave gozaba de gran reconocimiento y logró posicionarse en la mente de los usuarios como referente y la insignia que identificaba a la red social no solo en la web, sino en la radcional aplicación.
Pese a esto, la orden de Musk de cambiar el ícono y el nombre de esta plataforma tomó por sorpresa a muchos, quienes ven cómo ahora deben permanecer en X, la nueva plataforma que impulsa el dueño de Tesla y a la que planea introducirle otros servicios que, de a poco, irán haciendo quedar en el olvido al que fue uno de los entornos digitales preferidos por personas en todo el mundo.