El presidente de China, Xi Jinping, se comprometió a tomar la delantera frente a las fuerzas independentistas en Taiwán, aunque, en esta oportunidad, prefirió evitar, posiblemente, el uso de la fuerza militar, algo diferente en comparación con otros momentos en los que sí utilizó este mecanismo.

Mediante un discurso dirigido a la Asamblea Popular Nacional de China, bajo el causal del tercer mandato del mandatario a cargo de la República Popular, Xi señaló la importancia de “modernizar” al Ejército asiático, bajo la premisa de transformarlo en una “gran muralla de acero”.

“Debemos impulsar la modernización de la defensa y las Fuerzas Armadas y construir un Ejército que garantice con efectividad la soberanía nacional y proteja nuestros intereses”, indicó el presidente de China.

Xi Jinping, presidente de China desde 2013. | Foto: Zhang Ling/Xinhua via AP, File

Cabe recalcar que, entre lo más reciente, el Congreso aprobó un 7,2 % del gasto en materia de defensa, y que esta cifra fue más alta de la que se esperaba.

En la misma línea, en dicho discurso se habló de los planes necesarios en el Gobierno para conseguir la “unificación de Taiwán”, pero hubo precaución ante esta premisa; de hecho, Xi evitó manifestaciones anteriores en relación con el uso de la fuerza, por lo que se produjo una situación polémica tanto en la isla como a nivel internacional.

Taiwán denuncia 27 aviones de guerra chinos circundando su territorio. | Foto: Libre de derechos

“Debemos poner en marcha medidas estratégicas que resuelvan este asunto en la nueva era, de forma que Taiwán se adhiera al principio de ‘una sola China’ y se impulse el desarrollo pacífico de las relaciones en el estrecho”, expresó el jefe de Estado chino. Así las cosas, el presidente asiático rechazó las interferencias en temas internos, así como los ejercicios independentistas de fuerzas taiwanesas.

Es necesario precisar que las autoridades en China siguen viendo a Taiwán como una provincia que está bajo su soberanía.

Xi Jinping hace historia en China y llega a su tercer mandato

Xi Jinping obtuvo el viernes 10 de marzo un histórico tercer mandato como presidente de China tras una votación formal del órgano legislativo del país que ratificó su condición de líder más poderoso en décadas.

Como el Parlamento en China está en la práctica subyugado al Partido Comunista (PCCh), el resultado del voto que se realizó en la mañana del viernes no generó dudas.

El dirigente de 69 años ya obtuvo en octubre un nuevo mandato de cinco años al frente del PCCh y de la comisión militar, los dos puestos de poder más importantes en el sistema chino. Único candidato al cargo, fue reelegido por el mismo periodo como jefe de Estado, cargo que ostenta desde 2013.

Los últimos meses fueron complicados para Xi, con grandes manifestaciones a finales de noviembre contra su política de “covid cero” y una ola de muertes tras el abandono de esta estrategia en diciembre.

Estas cuestiones sensibles se esquivaron durante la sesión anual del Parlamento, un evento cuidadosamente coreografiado en el que Li Qiang, aliado de Xi, debió reemplazar como primer ministro a Li Keqiang.

La Asamblea Popular Nacional (APN) reunida en Pekín también debió elegir formalmente a un nuevo vicepresidente que sustituya a Wang Qishan.

Xi Jinping alza su puño derecho en señal de victoria tras ser reelegido como mandatario para un tercer periodo en China. | Foto: Con derechos gestionados de Getty Images

Los diputados se concentraron en varias jornadas para un proyecto de reforma institucional que pretende reforzar al Ministerio de Ciencia y Tecnología y las capacidades de China en el sector digital. Por su parte, Xi estableció como prioritario desarrollar estos sectores en busca de una autosuficiencia de China ante lo que Pekín contempló como una política “de contención” de Occidente para entrabar su desarrollo.

La sesión anual de la APN fue también la ocasión de anunciar un objetivo de crecimiento modesto de “alrededor del 5 %” en 2023 y un aumento del presupuesto militar.

*Con información de Europa Press y AFP.