La izquierdista Xiomara Castro se convertirá el jueves en la primera mujer en gobernar Honduras, con su liderazgo puesto a prueba por un grupo de diputados rebeldes que amenazan sus planes de combatir la corrupción, el narcotráfico y la pobreza.
Castro, de 62 años, esposa del derrocado expresidente Manuel Zelaya, ganó las elecciones del 28 noviembre con una coalición liderada por su partido, Libertad y Refundación (Libre), derrotando al derechista Partido Nacional, del mandatario saliente Juan Orlando Hernández.
Bajo la propuesta de un “socialismo democrático”, Castro plantea profundos cambios en un país donde el 71 % de sus casi 10 millones de habitantes viven en la pobreza, según la ONG Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh).
“Cuatro de cada diez habitantes (están) sin recursos siquiera para adquirir un plato de comida al día”, explicó Fosdeh en un informe.
También hay una elevada tasa de homicidios de casi 40 por cada 100.000 habitantes, generada por carteles de drogas y pandillas. A ello se suman los fenómenos climáticos, intensificados por el calentamiento global, que provocan enormes daños.
Toda esa adversidad genera fuertes corrientes migratorias hacia Estados Unidos en busca de empleo.
Para atender esos problemas, la mandataria necesitará del apoyo del Parlamento, que incluso antes de su asunción se muestra esquivo. Aunque el analista, exdirector de la ONG Centro de Documentación (Cedoh) y exministro de Zelaya, Víctor Meza, cree que lo recuperará.
“Creo que Xiomara (...) va a tener un Congreso leal, que la va a acompañar porque requiere un Congreso fuerte para recuperar la institucionalidad, el Estado de Derecho”, destacó Meza.
Dos legislaturas paralelas
Divergencias en Libre generaron una división en el Parlamento electo y la instalación de dos legislaturas, con dos presidentes del Congreso paralelos.
Una liderada por Luis Redondo, del Partido Salvador de Honduras (PSH), apoyado por Castro, y otra por Jorge Célix, disidente de Libre junto con una veintena de rebeldes, que recibieron el apoyo de los opositores de derecha Partido Nacional y Partido Liberal.
Ambos reclaman legitimidad. Redondo legisla desde el Parlamento y tiene bajo control la Gaceta Oficial, donde se oficializan las normas, mientras que Célix administra vía Zoom y tiene el control de las redes sociales del Legislativo.
Todo ocurre bajo la atenta mirada de Estados Unidos, que ya ha mostrado su apoyo a Castro al más alto nivel. La propia vicepresidenta Kamala Harris estará presente en la asunción, que tendrá lugar en el Estadio Nacional de Tegucigalpa.
“Mantengan la calma, participen en el diálogo, (absténganse) de la violencia y de la retórica provocativa”, dijo el lunes el portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price.
El vicepresidente de Taiwán, William Lai, también estará en la ceremonia de asunción de Castro, cuyo país es uno de los últimos aliados diplomáticos que la isla asiática tiene en Centroamérica, además de Guatemala.
Vía de salida
Cálix consideró que Libre debe presidir el Parlamento, porque tiene la primera mayoría, con 50 legisladores, y no el PSH de Redondo, por eso se apartó. Pero se mostró a favor de una nueva votación.
Mientras, Redondo informó que fue llamado por la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa para conversar sobre el asunto.
Según dijeron a la AFP fuentes cercanas a las negociaciones, las partes han evaluado la posibilidad de un tercer candidato de consenso. Pero aún falta convencer a algunos miembros de la coalición del nuevo gobierno.
Castro invitó a Redondo a colocarle la banda presidencial. Pero si hasta el jueves la dirección del Parlamento no está definida, lo puede hacer un juez, según la ley.
*Con información de la AFP.