Los cuerpos de ocho de los 26 migrantes mexicanos muertos el mes pasado en un camión en Texas, Estados Unidos, arribaron este miércoles al país, informó la Cancillería.
“Hemos entregado los primeros ocho cuerpos que van ya en camino a encontrarse con sus familiares”, informó Arturo Rocha, coordinador para América del Norte de la Cancillería mexicana a través de Twitter.
Los mexicanos fueron el grupo más numeroso de víctimas en esta tragedia ocurrida en la ciudad de San Antonio y que dejó 53 fallecidos en total, incluyendo también ciudadanos de Honduras y Guatemala. Los primeros reportes señalaron que los mexicanos fallecidos habían sido 27, pero estudios forenses posteriores precisaron la cifra final en 26.
La Cancillería informó en un comunicado que realizará al menos tres vuelos para completar la repatriación de 25 de los 26 fallecidos que sus familias pidieron que fueran devueltos. Uno de ellos permanecerá en Estados Unidos a pedido de sus familiares, precisó un portavoz de la institución a la AFP.
“Se cubren los gastos desde Estados Unidos a sus lugares de origen”, añadió el comunicado, al detallar que también ha acompañado a los tres mexicanos que fueron hospitalizados tras la tragedia, uno de los cuales ya está con su familia en el país vecino.
Los féretros fueron embarcados la mañana del miércoles en un avión militar mexicano desde San Antonio y arribaron al aeropuerto de Toluca, ciudad vecina de la capital mexicana. Las ocho víctimas eran originarias de Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Oaxaca y Veracruz.
Los cadáveres fueron hallados el pasado 27 de junio por un empleado público de la ciudad estadounidense, quien escuchó una llamada de auxilio cerca de una carretera donde estaba trabajando y abrió la puerta trasera del camión.
El traslado de migrantes indocumentados en camiones es una práctica cada vez más común entre los miles que buscan ingresar a Estados Unidos, huyendo usualmente de la pobreza y la violencia en sus países de origen. Pese a ser denigrantes, los viajes en tráiler son costosos y a menudo financiados por familiares en Estados Unidos.
Desde 2014, unos 6.430 migrantes fallecieron o desaparecieron en el trayecto hacia Estados Unidos, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y 850 perecieron en accidentes o por viajar en condiciones infrahumanas.
Presidente de México fue a Estados Unidos para hablar de migración y seguridad
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, estuvo el lunes en Washington para hablar con su par estadounidense, Joe Biden, de migración, inflación y seguridad, justo cuando las relaciones bilaterales no atraviesan su mejor momento.
Cuando todavía está en mente de todos la tragedia de los más de 50 migrantes muertos en un tráiler en las afueras de San Antonio, es inevitable que la cita se centre en el tema migratorio y la seguridad.
Para López Obrador, la migración debe enfocarse a través de “los programas de cooperación para el desarrollo, no solo en el caso de México, sino también (con) el apoyo a países de Centroamérica”. Y es probable que pida a Biden decenas de miles de visas para trabajadores temporales, sobre todo del sector agrícola, e inversiones en algunos proyectos de Centroamérica para frenar las caravanas de migrantes.
“No sería absurdo emitir más visas, abrir un poco más las fronteras, pero políticamente es muy complicado” para Biden tomar medidas que parezcan que está abriendo las fronteras de cara a las elecciones legislativas de medio mandato de noviembre, que podrían costar a los demócratas el control del Congreso, explica Héctor Cárdenas, profesor de la Goldman School of Public Policy.
El presidente mexicano es partidario de un flujo migratorio “ordenado”, tanto para los migrantes que quieren entrar en Estados Unidos como los que ya se encuentran trabajando en el país, lo que implicaría una vía hacia la ciudadanía, una de las promesas de Biden truncadas por el Congreso.
*Con información de AFP