La central nuclear ucraniana de Zaporiyia, ocupada por tropas rusas, focaliza las preocupaciones mundiales por los bombardeos contra sus instalaciones o en las inmediaciones que rusos y ucranianos se achacan mutuamente.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) realizó una inspección del lugar el jueves pasado y este martes consideró, al presentar sus conclusiones, que la situación en la mayor planta nuclear de Europa es “insostenible”.
El OIEA urgió a establecer una “zona de seguridad” para evitar un accidente nuclear. Esas preocupaciones rememoran el desastre de 1986 en Chernóbil, en la Ucrania soviética, que dejó centenares de muertos y provocó una ola de contaminación radiactiva en Europa.
Daños importantes
La central se halla en la ciudad de Energodar, sobre el río Dniéper. Posee seis de los 15 reactores de Ucrania, capaces de aprovisionar en electricidad a cuatro millones de hogares. Sus seis reactores VVER-1000, de fabricación soviética, entraron en servicio entre 1984 y 1995, con una potencia total de 6.000 MW, según el operador ucraniano, Energoatom.
Antes de la invasión rusa, generaba cerca de un cuarto de la electricidad de Ucrania. El país, que dispone de importantes reservas de uranio, es el séptimo productor mundial de energía nuclear, de acuerdo con el OIEA.
El sitio, cercano a la península de Crimea (anexada por Rusia en 2014), fue tomado por las tropas rusas el 4 de marzo, pocos días después del inicio de la invasión, el 24 de febrero. Las instalaciones sufrieron “daños importantes” y posteriormente “la integridad física” del sitio fue “violada” reiteradamente, señaló el OIEA.
En agosto, los bombardeos se intensificaron. La agencia de la ONU enumera los daños que constató durante su misión. En las fotos se ven vidrios destrozados y techos arrancados.
Central desconectada
El informe señala “con preocupación que los bombardeos pudieron haber impactado en las infraestructuras, los sistemas y los componentes” de la central, claves para su seguridad. “Es una amenaza constante”, destacó Grossi.
Las actividades militares dañaron las líneas de transmisión y obligaron el viernes a desconectar la central de la red eléctrica ucraniana, que recibe ahora el fluido a través de una línea de sustitución. Un incidente similar se había producido el 25 de agosto.
Actualmente solo funciona uno de los seis reactores, que produce la energía suficiente para enfriar el combustible nuclear y garantizar las funciones de seguridad. Los otros cinco se encuentran en mantenimiento o parados. “Los niveles de radiación en la zona siguen siendo normales”, según las informaciones comunicadas al OIEA.
Personal bajo presión
El funcionamiento de la planta sigue a cargo de personal ucraniano, “confrontado a circunstancias muy difíciles” debido a “la presencia de personal militar ruso, de vehículos y de equipos en diferentes lugares del sitio”, señala el reporte.
El grupo ruso Rosatom envió expertos a Zaporiyia, “lo cual podría provocar interferencias y fricciones en el proceso de toma de decisión”, advierte la agencia. Trabajan actualmente en la central unas 900 personas (1.200 en tiempos normales), en condiciones extremadamente estresantes”, apunta el documento.
¿Una zona de seguridad?
El OIEA, que dejó dos expertos en la planta, llamó a “cesar inmediatamente” los bombardeos en el sitio y en los alrededores “para evitar más daños en las instalaciones”. El informe urge a “tomar medidas provisorias”, como “el establecimiento de una zona de seguridad nuclear y de protección”. Una propuesta que hasta el momento no recibió respuesta de Rusia ni de Ucrania.
Un miembro de la administración rusa en la región de Zaporiyia, Vladimir Rogov, consideró, sin embargo, que “para mantener la integridad de la central nuclear es necesario (...) ordenar un cese el fuego” y no “la mera creación de una zona de protección”.
Con información de AFP.