Las fuerzas de Rusia ocuparon el territorio nuclear ucraniano de Zaporiyia, objeto de ataques de Rusia durante la noche del jueves 3 de marzo, indicó la agencia de inspección de las plantas atómicas de Ucrania, que aseguró que no se detectó ninguna fuga radiactiva.

Zaporiyia, la central nuclear más grande de Europa, está ubicada unos 150 kilómetros al norte de la península de Crimea. Según Kiev, proyectiles rusos que impactaron en las primeras horas del viernes en la planta atómica provocaron un incendio en un edificio y un laboratorio. Los socorristas pudieron controlar el siniestro.

“El territorio de la central nuclear de Zaporiyia está ocupado por las fuerzas armadas de la Federación Rusa”, afirmó el organismo estatal ucraniano. “No se han registrado cambios en la situación de la radiación”, agregó.

Según la misma fuente, “el personal operativo controla los bloques energéticos y garantiza su funcionamiento de acuerdo a las exigencias de los reglamentos técnicos y de seguridad”. Se efectúan inspecciones para conocer con precisión los daños, agregó.

De los seis bloques, el primero fue puesto fuera de servicio, los número 2, 3, 5 y 6 están en proceso de enfriamiento y el 4 se encuentra operativo. La agencia no dijo cuál era la situación de los bloques antes del ataque.

“La seguridad nuclear está ahora garantizada”, afirmó por la noche en Facebook Oleksander Starukh, jefe de la administración militar de la región de Zaporiyia. El ataque no dejó víctimas, indicaron los socorristas ucranianos en Facebook.

La central nuclear de Zaporiyia se ubica en el sur de Ucrania, a orillas del río Dniéper, a unos 525 km de Chernóbil. Se trata de la mayor central nuclear de Europa, con una capacidad total de casi 6.000 megavatios, suficiente para abastecer a unos cuatro millones de hogares.

En tiempos normales, la planta producía una quinta parte de la electricidad del país y casi la mitad de su energía nuclear.

La construcción del primer reactor empezó en 1979 y el último se puso en marcha en 1995. En total cuenta con seis reactores VVER-1000 de concepción soviética. Estos reactores disponen de una duración de entre 40 y 60 años, o incluso más gracias al avance tecnológico.

La concepción de estos reactores de agua presurizada, considerados entre los más seguros, procede de los usados en submarinos nucleares y difiere de los de Chernóbil, controlados con grafito e inicialmente concebidos para producir plutonio en vez de electricidad.

Los VVER-1000 de Zaporiyia están alimentados de combustible enriquecido en isótopo fisible Uranio-235.

Funcionan gracias al vapor calentado en el núcleo, pero contrariamente a los otros reactores, el vapor contaminado por la radiación no se utiliza para hacer girar las turbinas, sino para calentar otro circuito de vapor no contaminado que se encarga de generar ese movimiento. Esta técnica permite conservar un nivel de radioactividad relativamente bajo para los empleados de la central.

Con información de AFP

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