El presidente depuesto de Honduras Manuel Zelaya caminó el viernes a través de la línea fronteriza hasta ingresar a su país, en un nuevo intento de recuperar el cargo del que fue removido hace un mes después de que soldados lo enviaron al exilio. Zelaya dijo que fue forzado a actuar por sí mismo después de que la negociación encomendada al presidente de Costa Rica Oscar Arias fracasó en su objetivo de reinstalarlo. Sin embargo, Zelaya entró, estuvo un rato y tuvo que devolverse. Aunque el gobierno había ordenado arrestarlo si intentaba retornar, esto no sucedió. Según testimonios difundidos por radio Globo desde uno de los sitios donde hubo disturbios, hubo disparos de fusil por parte de la policía y heridos entre los manifestantes. Algunos medios de comunicación se rumoró que los fuertes disturbios en ese país habían dejado muertos. Zelaya dijo a la cadena Telesur que dio marcha atrás "con el fin de garantizar la paz. No quiero ir a provocar y que ellos tengan que dispararme y después no puedan resolver este problema porque si me hacen un daño, si me asesinan el problemas no se va a revolver, se va a hacer más grave". "Se puede producir violencia y no quiero ser la causa de esa violencia", añadió. Los simpatizantes de Zelaya que enfilaban rumbo a la frontera se toparon con numerosos retenes militares y policiales y obstáculos en las carreteras para impedirles su cometido. En al menos dos oportunidades la policía dispersó a un grupo de seguidores de Zelaya que manifestaban en un punto de control a unos 10 kilómetros del puesto fronterizo de El Paraíso, por donde el presidente derrocado incursionó y en el cual un nutrido contingente de policías formó una barrera. La pretensión de Zelaya de regresar por sí mismo recibió críticas internacionales a Honduras. La secretaria estadounidense de Estado Hillary Clinton la calificó de "imprudente". El secretario general de la Organización de los Estados Americanos, José Miguel Insulza manifestó que "siempre he querido que el presidente Zelaya regrese a Honduras, pero no así... hemos dicho que el retorno del presidente Zelaya debe ser pacífico". En un comunicado leído por la vicecanciller de facto Marta Alvarado, el gobierno hizo un "llamado urgente a la Cruz Roja Internacional para que sean testigos de cómo se respetarán los derechos humanos en el momento que se ejecutado su arresto". Además, responsabilizaron a Zelaya y a los presidentes de Nicaragua y Venezuela "por el irrespeto a la vida humana y las consecuencias que puedan derivarse". El gobierno decretó el viernes a mediodía un toque de queda de 18 horas en las fronteras con Nicaragua y El Salvador en previsión de las movilizaciones que ocurrieron en la frontera. El director del hospital regional del oriente, Edgardo Varela, dijo a la AP que atienden a un herido que "fue rozado (en la oreja) por el proyectil, que ignoramos si era una bala viva o de goma". En San Pedro Sula, la segunda ciudad en importancia del país, miles de manifestantes se congregaron para respaldar el gobierno de facto presidido por Roberto Micheletti y repudiar el intento de Zelaya por volver. El gobierno de Micheletti dijo que el último acuerdo propuesto por Arias fue entregado a los poderes del estado para su consideración. El congreso hondureño convocó a una sesión el lunes para evaluarlo. Todos los gobiernos del hemisferio occidental han condenado el golpe y exigen la restitución de Zelaya en el poder. El gobierno de Washington amenazó con endurecer las sanciones contra Honduras si Zelaya no es reinstalado. __ Para esta nota colaboraron los corresponsales de AP Filadelfo Alemán, desde Nicaragua; el productor Chris Gillette desde la frontera con Honduras asi como Freddy Cuevas y Juan Carlos Llorca desde Tegucigalpa. Información de AP.