Vestido con su icónica camiseta caqui, sentado en su oficina, visitando el frente o, recientemente, en la Casa Blanca, el presidente Volodimir Zelenski se convirtió en el rostro de la determinación ucraniana de derrotar al ejército ruso.
Unas semanas antes de la invasión de Rusia a su país, su presidencia iniciada tres años antes parecía perder impulso. El exactor y cómico luchaba por cumplir sus promesas electorales en un país azotado por la pobreza y la corrupción. El conflicto con los separatistas prorrusos del Donbás continuaba enquistado, a pesar de que Zelenski había centrado su campaña presidencial de 2019 en la promesa de resolverlo de manera pacífica.
Sus rivales eran conscientes de su debilidad y la población dudaba de si era la persona adecuada para llevar las riendas del país. “Pero, todo cambió el 24 de febrero”, asegura a AFP el politólogo ucraniano Volodimir Fesenko. A primera hora de la mañana de ese fatídico jueves, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el comienzo de la intervención del ejército ruso en Ucrania.
La invasión rusa representó un momento histórico en un espacio postsoviético marcado por las tensiones entre Rusia y sus vecinos, tres décadas después del hundimiento de la URSS. También fue un momento clave en la trayectoria de Zelenski, que pasó de ser un presidente en apuros al líder de la resistencia militar de Ucrania.
El primer día de la invasión “hubo rumores de que Zelenski huiría, ya que daba la sensación de que era un presidente débil, que no sería capaz de resistir a la presión militar ni de encarnar a un líder en tiempos de guerra”, recuerda Fesenko. Pero, el presidente ucraniano demostró su determinación de no abandonar Ucrania en un video en las primeras horas del conflicto: “Estamos todos aquí, defendiendo nuestra independencia y nuestro país”, dijo mirando directamente a la cámara.
Desde el inicio de la invasión, que provocó miles de víctimas y millones de refugiados, Zelenski pronunció todas las noches un discurso televisado, hasta 286 veces. El mandatario suele pedir en sus intervenciones un mayor esfuerzo a Estados Unidos y los países europeos en el envío de ayuda militar a Ucrania y la adopción de más sanciones económicas contra Rusia.
“Antes de la guerra, muchos trataban a Ucrania como un Estado fallido y a Zelenski como un dirigente débil, que no era del todo competente”, explica Fesenko. “La guerra cambió radicalmente en sentido positivo la actitud de la gente respecto a Zelenski”, añade este politólogo.
Zelenski nació en una familia judía en la localidad meridional de Kryvyy Rih, en uno de los territorios de habla rusa del sur de Ucrania. En 2015, un año después del inicio de las tensiones en Ucrania con la revuelta de Maidán y la anexión rusa de Crimea, Zelenski se hizo famoso gracias a su papel protagonista en la serie “Servidor del Pueblo”.
Representaba en esa comedia a un profesor de historia más bien ingenuo que lograba ser elegido presidente tras una discusión con un compañero sobre la corrupción que se había hecho viral. Unos años después, Zelenski decidió presentarse a las presidenciales de 2019, que ganó con 73% de los votos en la segunda vuelta gracias a su imagen “de hombre ordinario que quería sacudir el sistema”.
“Cansancio por la guerra”
Su bagaje como actor le sirvió para desenvolverse con habilidad a lo largo de la batalla comunicativa durante los nueve meses de conflicto. “No utiliza un lenguaje diplomático ni políticamente correcto. Pide sin rodeos lo que Ucrania necesita para sobrevivir a la guerra”, explica a la AFP Sergiy Leshchenko, un experiodista y político ucraniano.
Por ejemplo, después de que acusaran al ejército ruso en septiembre de bombardear a civiles en la localidad de Zaporiyia, tachó a los soldados enemigos de “escoria sanguinaria” y a Rusia, de “Estado terrorista”. Otro momento icónico fue cuando visitó la localidad de Bucha, en la periferia de Kiev, donde hallaron a civiles muertos con disparos en la cabeza y con las manos atadas a la espalda, pocos días después de que las tropas rusas se retiraran de la ciudad.
Tras ese episodio, endureció su posición ante las posibles negociaciones de paz con Rusia, las cuales descartó mientras Putin siguiera como presidente. Mientras algunos en Ucrania lo critican por no preparar al país para la guerra o lo acusan de una deriva autoritaria, Occidente no deja de elogiarlo. Al nombrarlo hombre del año, el diario británico Financial Times lo comparó con Winston Churchill, el primer ministro británico que enfrentó a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
En su reciente visita a Washington, Zelenski fue recibido como héroe al llegar con sus tradicionales prendas militares para reunirse con su colega Joe Biden o hablar ante el Congreso, que lo aplaudió de pie repetidamente en su discurso. En Rusia, en cambio, la propaganda lo presenta como el líder de una camarilla de genocidas neonazis o de drogadictos.
Con información de AFP.