El líder norcoreano Kim Jong-un supervisó un desfile militar en Pyongyang en ocasión de los 70º años del aniversario del armisticio de la guerra de Corea en el que mostraron nuevos drones y misiles balísticos intercontinentales con capacidad nuclear.
La agencia de noticias estatal KCNA dijo este viernes que el desfile contó con “aeronaves no tripuladas de reconocimiento y drones de ataque recientemente desarrollados y producidos que sobrevolaron” la plaza Kim Il Sung “redoblando la alegría de la gente que celebraba”.
“La excitación y alegría del público aumentaron” cuando apareció en la plaza el nuevo misil balístico intercontinental (ICBM) Hwasong-18, de combustible sólido y capacidad nuclear, probado en abril y julio, explicó KCNA.
Las celebraciones contaron con la presencia de delegaciones de Rusia y China, las primeras visitas conocidas al país desde la pandemia.
Kim “envió un caluroso saludo de combate” al desfile, dijo la agencia norcoreana, sin especificar si el líder ofreció un discurso.
Las imágenes de satélite confirmaron que Corea del Norte celebró un gran desfile militar en ocasión de este aniversario el jueves.
Las hostilidades de la guerra de Corea (1950-1953) terminaron con un armisticio el 27 de julio de 1953, pero nunca se llegó a firmar un tratado de paz, con lo que ambos países siguen técnicamente en conflicto.
Las relaciones entre ambas se deterioraron en el último año hasta uno de sus peores niveles en décadas, con un aumento de ensayos militares del Norte y un fortalecimiento de la cooperación en defensa entre el Sur y Estados Unidos.
Aliados extranjeros
KCNA dijo que el desfile quedará “grabado en nuestra memoria como una gran fiesta política y militar que demostró la inquebrantable voluntad de diez millones de soldados para crear una nueva leyenda de la era Kim Jong-un”.
Este evento es parte de la “promoción de la legitimidad de Kim Jong-un y de la unidad interna en estos tiempos difíciles económicamente”, dijo a la AFP Yangmo Ku, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Norwich.
Pero este año, con la inclusión de destacados invitados de Moscú y Pekín, Pyongyang también “intenta enviar una señal a Estados Unidos y sus aliados de que con las relaciones fortalecidas con Rusia y China, Corea del Norte está preparada militarmente para lidiar con las amenazas estratégicas de sus enemigos”, agregó.
“Todos estos actos implican la emergencia de una nueva Guerra Fría en la península de Corea”, afirmó.
Pekín es el aliado más importante y el principal benefactor de Pyongyang, una amistad forjada durante la sangrienta guerra de Corea, que contó con la participación de soldados chinos.
Rusia es otro aliado histórico y una de las pocas naciones con las que Corea del Norte mantiene relaciones amistosas.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, Kim Jong-un ha expresado un firme apoyo a Moscú y, según Estados Unidos, incluso suministra armas a las tropas rusas, algo que Pyongyang niega.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, asistió a las celebraciones de este armisticio y contempló en compañía de Kim Jong Un una exhibición con las últimas novedades del arsenal norcoreano, como drones y misiles intercontinentales.
La inclusión de invitados extranjeros en estas celebraciones es un primer indicio de una flexibilización del bloqueo autoimpuesto en Corea del Norte durante la pandemia del covid.
*Con información de AFP