Un grupo de científicos italianos quiere resolver algunos de esos rompecabezas analizando sus restos. Ya han pedido permiso a las autoridades francesas para exhumar el cadáver y hacer análisis de ADN y de antigüedad. Si el cráneo está intacto, los científicos podrían tratar de esclarecer un enigma de siglos: la identidad de la Mona Lisa. O, más específicamente, haciendo una reconstrucción virtual y física del rostro de da Vinci, se podría determinar si la cara sonriente del cuadro puede ser la del maestro renacentista, como sospechan algunos, dijeron a la AP expertos involucrados en el proyecto. "No sabemos qué encontraremos cuando se abra la tumba; tal vez hallemos apenas polvo", expresó Giorgio Gruppioni, un antropólogo que participa en el proyecto. "Pero si los restos están bien preservados, hay un archivo biológico que registra los eventos en la vida de una persona, y a veces en la muerte". El líder del grupo, Silvano Vinceti, dijo que están negociando con las autoridades francesas una posible exhumación de los restos enterrados en el castillo de Amboise, en el valle del Loira. Las exhumaciones, sin embargo, son un proceso burocrático largo en Francia y es posible que tome más tiempo todavía por tratarse de da Vinci. Jean-Louis Sureau, director del castillo, dice que la solicitud tiene que ser analizada primero por una comisión de expertos y luego por el ministerio de cultura. Da Vinci se mudó a Francia invitado por el rey Francisco I, que lo nombró su primer pintor. Vivió allí los últimos tres años de su vida y murió en Cloux, cerca de la casa veraniega del rey en Amboise, en 1519, a los 67 años. Fue enterrado en la iglesia Saint Florentine, que resultó destruida durante la revolución francesa. Se cree que sus restos fueron trasladados a la capilla de Saint-Hubert, próxima al castillo del rey. La lápida dice simplemente "Leonardo da Vinci". Un cartel avisa al visitante que se cree que allí están los restos del artista. "La de Amboise es una tumba simbólica, un gran interrogante", expresó Alessandro Vezzosi, director de un museo dedicado al artista en su ciudad de la Toscana, Vinci. Vezzosi, quien no participa en el proyecto, que esta iniciativa podría determinar de una vez por todas si realmente se trata de los restos de da Vinci y también cuál fue la causa de su muerte. El proyecto involucra a unos 100 expertos agrupados en el Comité Nacional para la Herencia Histórica y Artística, creado en el 2003 para "resolver los grandes enigmas del pasado", según Vicenti, quien ha escrito libros de arte y literatura. La "Mona Lisa" es probablemente el cuadro más famoso del mundo y nunca se pudo determinar quién fue la modelo. Se ha hablado de la esposa de un comerciante florentino hasta la madre de da Vinci. La noción de que se trata de un autorretrato es algo que da vueltas desde hace tiempo y que divide a los eruditos. Abundan las teorías. Hay quienes dicen que a da Vinci le gustaban las bromas y los misterios y que tal vez por eso ocultó su identidad detrás de la misteriosa sonrisa; otros afirman que da Vinci era un homosexual y que pintó a un amante andrógino, con aspecto de mujer. Algunos colocaron un análisis digital de un autorretrato de da Vinci sobre la Mona Lisa y dicen que los rasgos faciales encajan a la perfección. Vezzosi cree que será difícil confirmar la identidad de da Vinci mediante análisis de ADN pues no se sabe de ningún descendiente directo del artista ni se conocen tumbas de familiares directos. Gruppioni aduce que el ADN de los huesos se puede comparar con muestras halladas en otros sitios, incluidos los cuadros, aunque admite que eso no será fácil. Un estudio de los huesos puede ayudar a determinar si los restos son de un hombre o una mujer y si falleció a temprana edad o no. "Pero para tener certeza, hace falta el ADN", admitió Gruppioni. Los expertos pueden buscar asimismo otros elementos que den pistas sobre la causa de la muerte. En el mejor de los casos, si el cráneo está bien preservado, se hará una tomografía computerizada y se reconstruirá el rostro, indicó Francesco Mallegni, profesor de antropología especializado en la reconstrucción facial. Vezzosi dice que la mayoría de los expertos cree que la modelo fue la concubina del patrón del artista, el noble florentino Giuliano de Medici, o Lisa Gherardini, esposa de un rico comerciante, Francesco del Giocondo. Siempre se ha dicho que el nombre del cuadro alude a ésta última, lo mismo que el nombre con que se la conoce en Italia, "La Gioconda".