La crisis entre Ucrania y Rusia ha causado conmoción internacional desde hace más de un año, cuando Moscú le declaró la guerra a Kiev, y desde diversos puntos de la comunidad internacional se ha sacudido. Moldavia no ha sido la excepción.
Manifestaciones en Chisinau, la capital de la nación, a favor de la adhesión de Moldavia a la Unión Europea marcaron un comienzo en una verdadera solicitud de este país de Europa Oriental, que desde hace un buen tiempo ha tenido en su agenda política internacional la idea de hacer parte de la comunidad europea.
La presidenta Maia Sandu, fiel europeísta, expresó en medio de la manifestación su orgullo al dar a conocer una Moldavia que se siente verdaderamente europea, además de mostrarse abierta a colaborar en todos los procesos que requiera la Unión Europea para formalmente hacer parte de este organismo en 2030.
Además de la participación e irrefutable apoyo de la presidenta Sandu, la exprimera ministra Natalia Gavrilit y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, hicieron parte de las marchas proeuropeas que marcaron la jornada en Chisinau.
El denominado mitin ‘Moldavia Europea’ también se ha dado por las hostilidades que ha habido entre Rusia y Ucrania. Aunque Moldavia no comparte frontera con Rusia, su población se siente desprotegida por tantos ataques que sí ha sufrido su vecina Ucrania, con quien comparte una frontera de más de 930 kilómetros.
Así como se espera que en más de 30 ciudades se realicen manifestaciones a favor de la adhesión de Moldavia a la Unión Europea. Desde la oposición encabezada por el partido Sor, también se ha invitado a la población, especialmente de ciudades secundarias, a alzar su voz en contra de la integración con el bloque europeo, además de proponer la realización de un referendo para que toda la población decida si el país debe dirigirse hacia ‘el este’ o hacia ‘el oeste’.
Junto con Ucrania, Moldavia quedó bajo el estatus de ‘país candidato’ para pertenecer a la Unión Europea, una candidatura que debe estudiar muy bien el organismo plurinacional por las altas reglas y protocolos que deben asumir sus partidarios e integrantes.
Junto con la región de los Balcanes, en donde se ubicaba la extinta Yugoslavia, Europa Oriental también hace parte de los territorios con los cuales la Unión Europea no se ha integrado de fondo, o al menos, no durante la época de tensa calma que vivía Kiev hasta febrero de 2022 lo cual ha sido un indicio para llamar de oportunista a esta comunidad.
De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, para 2022 Moldavia estaba en tercer lugar entre el listado de los países más pobres del continente Europeo, en primer lugar se encuentra Ucrania por razones bélicas, en segundo lugar Armenia, país colindante con Rusia y el cual ha tenido problemas relacionados con migración de países en guerra, en cuarto lugar se encuentra Georgia y en quinto lugar Azerbaiyán, estos dos últimos también comparten frontera con Rusia y tienen problemas tanto civiles como internacionales.
A pesar de la incertidumbre que se vive cotidianamente por la situación bélica que afrontan Rusia y Ucrania, y del intervencionismo por parte de las potencias europeas y de Estados Unidos, Moldavia dice querer pertenecer a la Unión Europea por motivación histórica. En caso de que se llegaran a dar las cosas para este país, será todo un reto para la UE poder administrar, y tener como aliado, a una de las naciones menos prósperas para invertir.
No obstante, esto no parece importarle demasiado a la sociedad moldava, la cual durante sus manifestaciones de apoyo coreaban sin para el himno de su nación y la Oda de la Alegría de Beethoven, melodía considerada como el himno del viejo continente, o al menos, de la Europa Occidental.