Los escándalos que han minado la campaña de Hillary Clinton son asuntos poco sustanciosos que los medios de comunicación han inflado hasta convertirlos en temas explosivos.
1 Los e-mails. A Clinton se le acusa de haber actuado con negligencia al usar un servidor privado para gestionar su correspondencia electrónica. También, de haber destruido las evidencias que podrían probar que puso en riesgo la seguridad nacional al darle un uso irresponsable a información clasificada. Se trata de un problema que la candidata arrastra desde 2013, que sin embargo parecía haber quedado zanjado a mediados de año, cuando el FBI concluyó que no había argumentos suficientes para abrirle un proceso. No obstante, el sábado el director del FBI, James Comey, alborotó el avispero a menos de 11 días de las elecciones con una carta dirigida al Congreso de la “existencia de ‘e-mails’ que parecen ser pertinentes” para la investigación.