Phan Thi Kim Phúc aparece de nuevo. “La niña del Napalm” es recordada gracias a una trágica y célebre foto que la retrataba a los 9 años con quemaduras por todo el cuerpo. Desnuda huía con sus primos y hermanos, escoltados por soldados, por la ruta No.1 cerca de la aldea de Trang Bang, tras un ataque aéreo con bombas de napalm, una gasolina gelatinosa de combustión lenta, sobre una pagoda budista durante la guerra de Vietnam. Ahora a sus 56 años escribió “Salvada del Infierno”, un libro autobiográfico en el que cuenta todos los detalles de lo vivido desde el 8 de Junio de 1972, día del bombardeo, provocado por aliados sur vietnamitas, en el que pensó que moriría y del sufrimiento en el tiempo que le causaron las graves quemaduras en su piel, en especial en su brazo izquierdo, mano derecha, cuello y espalda.
Antes había declarado que “el napalm causa el dolor más terrible que alguien se pueda imaginar... El agua hierve a 100 grados Celsius, el napalm genera temperaturas de 800 a 1.200", ahora revela que no fue ella sino el mismo fuego el que la desprendió de la ropa, como se ve en la fotografía. El otro protagonista de esta historia es el fotógrafo Huynh Cong Ut, más conocido como ‘Nick Ut‘. Lo paradójico de la escena es que contrario al caso de Phúc, en ese momento Ut estaba en el lugar y momento indicados. La imagen sirvió para representar la barbarie del conflicto y avanzar en su desescalamiento y fue premiada con el premio Pulitzer como mejor foto periodística del año. Ut ha dicho que tenía en mente lograr una fotografía que parara la guerra. Él, al igual que Kim Phúc, quién además de salir herida perdió a un hermano y a un primo, era una víctima pues su hermano también murió en ese conflicto. Luego de tomar la instantánea, Ut pasó a la acción, trasladó a la niña al hospital más cercano en la ciudad de Saigon, hoy Ho Chi Minh y salvó su vida. Ut dijo en una entrevista en 2015 en Madrid, que no hubiese soportado un desenlace fatal para ella. "Salvada del infierno” es una mirada personal de todo el proceso que transcurrió desde el bombardeo: el hospital, las operaciones, la reconstrucción de su cuerpo. Phúc fue sometida a unas 17 intervenciones en total, pasaron 14 meses antes de volver a casa e igual número de trasplantes de tejidos en la piel le realizaron para tratar las quemaduras. Esto sumado a la rabia, la amargura, la impotencia y los constantes interrogantes que la afectaban sicológicamente ¿Por qué a mí?, ¿Por qué tanto sufrimiento?
Todo ello, asegura Phúc, la condujo a un viaje para encontrar el perdón y la fe. Ahora se siente en paz consigo misma y con el mundo, apoyada en el caodaísmo, una religión sincrética del Vietnam. Pero en su libro apunta más hacia un cambio de perspectiva acerca del propósito de la vida. Quiere asumir una posición como sobreviviente que trabaja por la paz y no como víctima, aseguro para los medios en Italia, dónde lanzó la obra. La fotografía habla por los niños afectados no sólo de esa guerra sino de todas las guerras, incluso hoy en día. Carga ese símbolismo, aunque también fue usada para fines políticos del régimen comunista en Vietnam. Por esta razón tuvo que pedir asilo en Canadá, dónde vive con sus dos hijos y su esposo, un vietnamita del norte que conoció en un viaje a Cuba. Salir de su país le permitido ayudar a través de su testimonio, ese fue siempre su propósito: ayudar a los niños del mundo. Es embajadora de buena voluntad de la Unesco desde 1997 y dirige Kim International, una fundación que apoya proyectos escolares en colaboración con organizaciones no gubernamentales como Médicos Sin Fronteras y Save the Children.
Esta historia trascendió gracias a la fotografía de ‘Nick Ut‘. Manifiesta la necesidad de provocar una reacción ante la guerra y pone de presente la importancia que tienen los reporteros gráficos en los conflictos y la obligación que tienen de publicar este tipo de material. * A propósito de esta historia vea aquí una galería de imágenes emblemáticas de las mayores guerras de la historia reciente.