Como si la incertidumbre por todo lo que ha implicado la manera en que el mundo se ha detenido por cuenta del coronavirus fuera poca, un hecho increíble se registró en los cielos de Uruguay y parte de Argentina. Un sonido llegó del cielo, un extraño eco que muchas personas lo relacionaron al de una trompeta. Hubo quienes lo relacionaron con el fin del mundo, al apocalipsis. 

Debido a ello, la Nasa (Administración Nacional de la Aeronaútica y del Espacio) tuvo que ofrecer las explicaciones del caso. Se trató de un cielomoto, entendido como el resultado de una serie de movimientos del aire, similares a los movimientos en la tierra cuando se produce un terremoto. Mientras en tierra hay choque de placas, en el cielo hay un choque de masas de aire calientes y frías. Citado por varios medios uruguayos, el científico David Hill, integrante del servicio meteorológico de Estados Unidos, aseguró que los cielomotos pueden generarse en cualquier parte del mundo por "olas que golpean los acantilados hasta la caída de un meteorito”. En Uruguay hay 350 casos de coronavirus declarados y cuatro personas fallecidas. El país también está en cuarentena voluntaria. 

Uruguay ya ha repatriado a 740 extranjeros en corredores humanitarios diseñados para que los ciudadanos de otros países puedan retornar de forma segura. Desde el pasado 27 de marzo, el crucero Greg Mortimer -con 211 personas a bordo y al menos 81 con covid-19 se encuentra en la zona de fondeo y servicios del puerto de Montevideo a 20 kilómetros del muelle. Casualmente, está anclado frente al barrio de Carrasco, donde comenzó el brote del nuevo coronavirus en Uruguay el 7 de marzo.En la embarcación se registraron 45 pruebas que dieron negativas y quedan 91 resultados pendientes, según un comunicado de la empresa naviera Aurora Expeditions, que organizó el crucero. El capitán de navío, Diego Perone, de la Armada uruguaya, confirmó a The Associated Press que la semana pasada hubo tres evacuaciones --una ciudadana británica, una australiana y un australiano-- por los síntomas críticos que presentaron en tres jornadas distintas.En la mañana del domingo anterior, un contingente de 16 médicos y cinco enfermeros abordaron el crucero para atender a pasajeros y tripulación y volvieron pasadas las siete de la tarde al puerto de Montevideo con otras tres personas que fueron internadas en dos hospitales privados de la capital. Eran dos ciudadanos de Filipinas y una persona australiana. Los seis pacientes siguen internados.