Bajo la denominación Mosquirix o RTS,S el medicamento destinado a los niños recibió una "opinión científica positiva" de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) pero no será distribuida hasta que reciba la luz verde de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en noviembre próximo. El parásito letal ha desarrollado resistencia a los tratamientos sucesivos y los mosquiteros rociados con insecticida siguen siendo el método más eficaz para protegerse. La EMA probó la calidad, seguridad y eficacia de la droga, así como su relación entre beneficio y riesgo que implica "su uso fuera de la Unión Europea". La OMS deberá previamente emitir recomendaciones sobre su utilización en programas de vacunación, tras lo cual las regulaciones nacionales podrán decidir aprobar o no lo que podría convertirse en la primera vacuna contra una enfermedad parasitaria. Mosquirix es la vacuna contra la malaria más avanzada desde un punto de vista clínico contra esta enfermedad que mata a unas 600.000 personas por año, más del 75% de ellos niños menores de cinco años, según la OMS. Sólo en África subsahariana, la enfermedad transmitida por el mosquito mata en promedio a unos 1.200 niños por día, es decir más que la cantidad de personas que mueren a causa de ella en todo un año en América Latina y el Caribe (800 en 2012). Útil en África Desarrollada por el laboratorio GlaxoSmithKline con el respaldo de la ONG PATH Malaria Vaccine Initiative y el financiamiento de la fundación Bill y Melinda Gates, Mosquirix fue la primer vacuna contra la malaria en alcanzar la fase III de pruebas clínicas, la etapa final antes de su lanzamiento al mercado. Está destinada a proteger niños de entre seis semanas y 17 meses de edad. En abril pasado, los resultados de años de pruebas en unos 15.000 niños de siete países africanos fueron publicados en la revista médica británica The Lancet, arrojando un resultado no del todo exitoso. Según los resultados obtenidos, el medicamento ofrece a los pequeños una protección parcial que de desvanece con el tiempo, aunque de todas formas puede prevenir millones de casos. El comité de la EMA concluyó que a pesar de su eficacia limitada, "los beneficios del Mosquirix superan los riesgos". "Aunque el RTS,S no es en sí mismo una respuesta completa a la malaria, su utilización junto con mosquiteros e insecticidas será una contribución significativa para el control del impacto de la malaria en niños para aquellos países africanos que más lo necesitan", dijo GSK en un comunicado. El gigante farmacéutico aceptó suministrar la droga a "un precio sin fines de lucro". Las pruebas demostraron que los niños de entre cinco y 17 meses recibieron una protección del 50% contra la malaria en el primer año, aunque cae a un 28% al término de 4 años. Un refuerzo de la vacuna aplicado 18 meses después incrementa esa protección a un 36% en el cuarto año.